Gilberto López y Rivas
Viernes 08 de enero de 2010
Durante los días 19, 20 y 21 de diciembre pasado tuvo lugar una reunión en el pueblo amuzgo de Xochistlahuaca-Sulja’a, Guerrero, en el marco de la celebración del quinto aniversario de Radio Ñonmdaa (La palabra del agua), en la que se reflexionó sobre el territorio, el resguardo de los recursos naturales, los medios de comunicación de los pueblos y para los pueblos, y sobre la represión del Estado en contra de organizaciones y luchadores sociales.
En la plenaria del encuentro se presentó también el libro Otras geografías: Experiencias de autonomías indígenas en México, coordinado por Giovanna Gasparello y Jaime Quintana Guerrero (Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, 2009), con presentación y prefacio de Alicia Castellanos y Carlos Montemayor, respectivamente, con sendas introducciones de los compiladores y de Luis Hernández Navarro y capítulos sobre diversos procesos autogestionarios: Policía Comunitaria de Guerrero, Triques de Oaxaca, Yaquis de Sonora, así como debates y análisis sobre aspectos y enfoques de las autonomías.
Común denominador de las mesas de trabajo fue el territorio como espacio estratégico de los pueblos en su defensa del agua, manantiales y ríos, la tierra, los bosques, las semillas tradicionales, la autosuficiencia alimentaria, y en contra del saqueo y la explotación irracional de nuestro planeta. Proteger el territorio y sus recursos de la depredación capitalista y de sus gobiernos significa la salvaguarda de la vida misma de quienes lo habitan.
Los participantes conocieron la historia de la radio que el 20 de diciembre de 2004 salió al aire. Radio Ñomndaa, primera estación radiofónica que transmite fundamentalmente en lengua amuzga bajo el auspicio de las autoridades tradicionales, responde a las necesidades del municipio autónomo de Sulja’a y es escuchada también en diversas comunidades mixtecas, mestizas y negras de la Costa Chica guerrerense y oaxaqueña. La audiencia de la radio es amplia pues para el 95 por ciento de la población el amuzgo es su primera lengua y el 71 por ciento únicamente habla este idioma; esta frecuencia modulada es sin duda un logro de los amuzgos y su existencia refuerza la cohesión y organización de todos los pueblos indígenas de la región. Radio Ñomndaa es expresión patente de los derechos indígenas incluidos en la Constitución, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y los Acuerdos de San Andrés. La palabra del agua surgió de la resistencia del pueblo amuzgo por construir su autonomía y mejorar las condiciones de vida de sus empobrecidas comunidades. Por ello, desde su surgimiento ha sido hostigada de múltiples formas por las instituciones de gobierno e incluso agentes policiacos y militares han intentado asaltar sus modestas instalaciones para acallar su diaria programación, siendo repelidos por la presencia de los pobladores que protegen de esta manera un instrumento de comunicación que informa con veracidad, preserva su patrimonio lingüístico y describe su lacerante realidad.
Se denunciaron las acciones represivas, el hostigamiento a dirigentes de la comunidad con delitos fabricados, –como David Valtierra–, el nepotismo, la corrupción y el saqueo de recursos, como la grava y arena del río Santa Catarina con maquinaria pesada, por parte de la cacique Acedeth Rocha Ramírez, actual diputada federal del PRI, quien incluso abrió una radiodifusora que sirve como contraparte distorsionante –desde el poder– de La palabra del agua.
En este quinto aniversario se hicieron propuestas para articular esfuerzos y coordinar los distintos procesos de resistencia. Se rechazaron la siembra de transgénicos y los programas para la certificación de derechos ejidales y comunales (Procede y Procecom), ya que dividen a las comunidades y propician el acaparamiento y la venta de tierras.
Se declaró expresamente que los medios de comunicación comunitarios deben servir para fortalecer la democracia directa de los pueblos y no al desgastado sistema de partidos de Estado. Se decidió elaborar un directorio de medios libres y comunitarios para compartir materiales y conocer los afanes de los de abajo por un mundo mejor en otros ámbitos y contextos sociales y culturales, fortaleciendo las redes de radios que existen a contracorriente del poder y sus medios masivos de comunicación. Existe un acosamiento permanente del Estado de las radios comunitarias, así como la tendencia a criminalizar el trabajo independiente de información radiofónica. Se considera un ejercicio de autodeterminación tener un medio de información propio, en el que los aspectos técnicos sean asumidos por todos, así como el reto de aprender a operar los equipos de trasmisión a partir de socializar la capacitación y compartir los saberes; en los programas de radiofonía debe haber debate en el que se conozcan todas las perspectivas de los hechos para que el auditorio escuche las diferentes formas de ver el mundo y se avance en la formación de una conciencia social e intercultural.
Ante la represión se consideró que la mejor respuesta es la movilización de la comunidad. Revertir la dificultad de los pueblos para organizarse a partir de instituciones sociales y políticas propias. Las comunidades pueden de manera más efectiva tomar el control de su entorno, por lo que se recomendó que cada una organice su propia policía. Solamente el pueblo que cuente con una policía integrada por los propios comuneros, que obedezca a su mandato y dé cuentas a la asamblea comunitaria, podrá resolver los problemas de inseguridad y garantizar la defensa del territorio. Felicidades a la palabra digna y comprometida de los amuzgos en su quinto onomástico.
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