ELLOS Y
NOSOTROS II
La Máquina en
casi 2 cuartillas.
Enero del 2013.
Habla el vendedor:
Es maravillosa, muy “cool” para
que me entienda. Se llama “globalización neoliberal versión 6.6.6″, pero
preferimos nombrarla “la salvaje” o “la bestia”. Sí, un mote agresivo, de
iniciativa pues, muy grrr. Sí, eso lo aprendí en el curso de superación personal
“Cómo vender una pesadilla”… pero volvamos a la máquina. Su funcionamiento es
muy sencillo. Es autosuficiente (o “sustentable”, como luego se dice). Produce
sí, ganancias desorbitantes… ¿Qué? ¿Invertir parte de esas ganancias en paliar
el hambre, el desempleo, la falta de educación? ¡Pero si precisamente son esas
carencias las que hacen andar esta preciosura! ¿Qué tal, eh? Una máquina que
produce al mismo tiempo el combustible que necesita para andar: la miseria y el
desempleo.
Claro, también produce mercancías,
pero no sólo. Mire usted: supongamos que se produce algo completamente inútil,
que nadie necesita, sin mercado pues. Bueno, esta maravilla no sólo produce lo
inútil, también crea el mercado donde esa inutilidad se convierta en un
artículo de primera necesidad.
¿Las crisis? Claro, sólo oprime
usted este botón de aquí… no, ése no, ése es el de “eyección”… el otro… sí.
Bueno, oprime usted ese botón y ¡tarán!, ahí tiene usted la crisis que
necesita, completa, con sus millones de desempleados, sus tanques antimotines,
sus especulaciones financieras, sus sequías, sus hambrunas, su deforestación,
sus guerras, sus religiones apocalípticas, sus salvadores supremos, sus
cárceles y cementerios (para los que no sigan a los salvadores supremos), sus
paraísos fiscales, sus programas asistencialistas con tema musical y
coreografía incluidos… claro, un poco de caridad siempre será bien visto.
Pero no es todo, ahora permítame,
deje que le ponga este demo. Cuando usted la pone en modo
“destrucción/despoblamiento-reconstrucción/reordenamiento” hace milagros. Vea
este ejemplo: ¿ve usted esos bosques? No, no se preocupe por esos indígenas…
sí, son del pueblo Mapuche, pero podrían ser yaquis, mayos, nahuas, purépechas,
maya, guaranís, aymarás, quechúas. Bueno, oprima usted el botón “play” y vea
cómo desaparecen los bosques (también los indígenas, pero ésos nunca importan),
ahora vea cómo todo se convierte en un páramo, espere… ahí llegan las máquinas,
y ¡voilá!: ahí tiene usted el campo de golf que siempre había soñado, con su
fraccionamiento exclusivo y con todos los servicios. Ah, maravilloso ¿no?
También viene con un software que
es lo último de lo último. Puede usted darle click aquí, donde dice “filtro”, y
en su tv, radio, periódicos, revistas, feisbuc, tuiter, yutub, aparecen sólo
salmos y alabanzas para usted y los suyos. Sí, elimina todo comentario,
escrito, imagen, ruido, toda la mala vibra que luego les da por colar a esos
proles anónimos, sucios, feos y malos… y groseros, sí.
Tiene palanca al piso (aunque usted
puede pasar al piloto automático con apenas un click); helipuerto; un boleto de
avión no, porque luego no hay a dónde huir, pero sí un lugar en el
transbordador espacial más próximo a partir; también tiene su “mall”
super-hiper-mega exclusivo; campo de golf; servibar; club de yates; un diploma
de Harvard ya enmarcado; casa de veraneo; pista de hielo… sí, lo sé, ¿qué
haríamos sin la izquierda moderna y sus ocurrencias? Ah, y con esta maravilla
usted podrá estar en “tiempo real” y simultáneamente en cualquier parte del
planeta, es como si tuviera su propio y exclusivo cajero automático global.
Mmh… sí, incluye una bula papal
para asegurarle un lugar V.I.P. en el cielo. Sí, lo sé, pero ya estamos
trabajando en eso de la inmortalidad. Mientras tanto, le podemos instalar como
accesorio (con costo aparte, claro, pero estoy seguro que eso no es problema
para alguien como usted): ¡un cuarto de pánico! Sí, ya ve que luego a esos
vándalos les da por exigir lo que les pertenece con eso de “la tierra es de
quien la trabaja”. Oh, pero no hay de qué preocuparse. Para eso tenemos
gobernantes, partidos políticos, religiones nuevas, “reality shows”. Pero
claro, es un supositorio, ¿y si llegaran a fallar alguna vez? Por supuesto, en
cuestiones de seguridad ningún gasto es oneroso. Claro, deje anoto: “incluir
Cuarto de Pánico”.
Incluye también un estudio de tv,
uno de radio y una mesa de redacción. No, no me mal interprete. No son para ver
televisión, ni escuchar radio, ni leer periódicos y revistas, eso es para mal
nacidos. Son para producir la información y el entretenimiento de quienes hacen
andar la maquina. ¿No es genial?
¿Qué? Oh… bueno… sí… me temo que
ese pequeño problema no ha sido solucionado por nuestros especialistas. Sí, si
la materia prima, quiero decir, si la muchedumbre plebeya se rebela no hay nada
que hacer. Sí, puede ser que el “cuarto de pánico” sea también inútil en esa
situación. Pero no hay que ponerse pesimista, piense que ese día… o noche… está
muy lejos. Sí, eso del optimismo “new age” también lo aprendí en el curso de
superación personal. ¿Eh? ¿Qué? ¿Estoy despedido?
(continuará…)
Desde cualquier rincón, en
cualquiera de los mundos.
SupMarcos.
Planeta Tierra.
Enero del 2013.
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