ELLOS Y
NOSOTROS VI.
Las Miradas 3.
Las Miradas 3.
3.- Algunas otras
miradas.
una: Un sueño en esa mirada.
Es una calle, una milpa, una fábrica, un socavón, un bosque,
una escuela, una tienda departamental, una oficina, una plaza, un mercado, una
ciudad, un campo, un país, un continente, un mundo.
El Mandón está gravemente herido, la máquina rota, la bestia
exhausta, la salvaje encerrada.
De nada sirvieron los cambios de nombre y de banderas, los
golpes, las cárceles, los cementerios, el dinero fluyendo por las mil arterias
de la corrupción, los “reality shows“, las celebraciones religiosas, las
inserciones pagadas, los exorcismos cibernéticos.
El Mandón llama a su último capataz. Algo le murmura al oído. El capataz sale y se enfrenta a la
muchedumbre.
Dice, pregunta, demanda, exige:
“Queremos hablar con
el …“
Duda, la mayoría de quienes se le enfrentan son mujeres.
Corrige:
“Queremos hablar con
la … “
Vuelve a dudar, no es pequeño el número de otr@s que se le
enfrentan.
Vuelve a corregir:
“Queremos hablar con
quien esté al mando“.
Por entre el silencio se adelantan un@ ancian@ y un@ niñ@,
se paran frente al capataz y, con una voz inocente y sabia, dicen:
“Acá todas y todos
mandamos“.
El capataz se estremece, y se estremece la voz del Mandón en
su último grito.
La mirada despierta. “Extraño sueño“, se dice. Y, sin importar el calendario y la geografía,
sigue la vida, la lucha, la resistencia.
Del raro sueño sólo unas palabras recuerda:
“Acá todas y todos
mandamos“.
dos: Otra mirada desde otro calendario y otra geografía.
(fragmento de una
carta recibida en el cuartel general del ezetelene, sin fecha)
“Saludos Compas.
(…)
Mi opinión es que fue una chingonería
todo. Pero no niego que todo esto es en
retrospectiva. Sería muy fácil decir que
entendí perfectamente el silencio y que nada me sorprendió. Falso, yo también me impacienté con el
silencio (desde luego no tiene que ver con lo que se dice de que antes no
hablaban los zapatistas, yo sí leí todas las denuncias). La cuestión es que vista con la ventaja de
los hechos que han pasado, y que están pasando, pues desde luego la conclusión
es lógica: estamos en medio de la iniciativa más audaz, por lo menos desde la
insurrección, de los zapatistas. Y esto
tiene que ver con todo, no sólo con la situación nacional sino también
internacional, creo yo.
Permítanme que cuente lo que yo entendí de
lo que, a mi parecer, fue el hecho más significativo de la acción del 21 [de
diciembre del 2012]. Desde luego hay
muchas cosas: la organización, el esfuerzo militante, la demostración de
fuerza, la presencia de los jóvenes y mujeres, etc. Pero a mí lo que más me impresionó fue el que
anduvieran cargando unas tablas y que llegando a las plazas se hicieran unos templetes. Conforme se iba narrando lo que sucedía,
muchos medios privados, y algunos de los libres, especulaban sobre la llegada
de los líderes zapatistas. Y no se daban
cuenta que los líderes zapatistas estaban ya ahí. Que eran los pueblos que se subían al
templete y decían, sin hablar, aquí estamos, estos somos, estos seremos.
El templete les tocó a los que les debe
tocar. Nadie ha reparado, creo yo, en
ese hecho y, sin embargo, creo yo, ahí está, en una nuez, el significado
profundo de una nueva forma de hacer política.
Lo que rompe con todo lo viejo, lo único verdaderamente nuevo, lo único
que merece la pena tener [ilegible en el original] “siglo XXI”.
El alma plebeya y libertaria de lo que ha
sido en la historia momentos coyunturales, aquí se ha construido sin grandes
alardes teóricos. Más bien con una
práctica soterrada. Ya lleva demasiados
años como para ser una ocurrencia. Ya es
un proceso histórico social largo y sólido en el terreno de la auto
organización.
Finalmente recogieron su templete, volvieron
a convertirse en tablas y todos deberíamos de tener un poco de vergüenza y ser
más modestos y sencillos y reconocer que algo inesperado y nuevo está frente a
nuestros ojos y que debemos mirar, callar, escuchar y aprender.
Un abrazo para tod@s. Espero que, dentro de lo que cabe, estén
bien.
El Chueco.”
tres: “Instrucciones sobre qué hacer en caso de … que l@ miren”
Si alguien lo mira,
la mira, y usted se da cuenta de que…
No lo mira como si fuera usted transparente.
No quiere convencerlo de que sí o de que no.
No quiere cooptarlo.
No quiere reclutarlo.
No quiere dirigirlo.
No quiere juzgarlo-condenarlo-absolverlo.
No quiere usarlo.
No quiere decirle qué puede o no hacer.
No quiere darle consejos, recomendaciones, órdenes.
No quiere recriminarle porque no sabe, tampoco porque sí
sabe.
No lo desprecia.
No quiere decirle lo que debe hacer o no debe hacer.
No quiere comprarle su auto viejo, su cara, su cuerpo, su
futuro, su dignidad, su voluntad.
No quiere venderle algo…
(un tiempo compartido, una televisión lcd en
4D, una máquina súper-ultra-híper-moderna con botón de crisis instantánea (ojo:
no confunda con el botón de eyección, porque la garantía no incluye amnesia por
ridículos mediáticos), un partido político que cambia de ideología según sople
el viento, un seguro de vida, una enciclopedia, una entrada vip al espectáculo
o revolución o cielo de moda, un mueble en abonos chiquitos, un plan de
telefonía celular, una membrecía exclusiva, un futuro regalado por el líder
generoso, una coartada para rendirse, venderse, claudicar, un nuevo paradigma
ideológico, etc.).
Entonces…
Primero.- Descarte usted que se trate de un depravado o
depravada. Usted puede ser lo suci@,
fe@, mal@ y groser@ que se quiera, pero, lo que sea de cada quien, tiene ese
toque sexy y cachondo que da el estar dale y dale al trabajo; y ese “eso” puede
despertar las bajas pasiones de cualquiera.
Mmh… bueno, sí, una peinada no estaría de más. Si no se trata de un (a) depravad@, no se
desanime, el mundo es redondo y da vueltas, y siga más abajo (de esta lista, se
entiende).
Segundo.- ¿Está usted segur@ de que es a usted a quien
mira? ¿No será a ese anuncio de
desodorantes que está a sus espaldas (de usted, se entiende)? ¿O no será que está pensando (quien l@ mira a
usted, se entiende): “Creo que así me veo yo cuando no me peino“? Si ha descartado eso, continúe.
Tercero.- ¿No tiene cara de policía buscando completar el
pago que le tiene que reportar a su superior?
Si sí, corra, aún está a tiempo de no perder lo del pasaje. Si no, pase al siguiente punto.
Cuarto.- Devuélvale la mirada, con seño severo. Una mirada mezcla de enojo, dolor de panza,
fastidio y look de asesin@ serial servirá.
No, así parece osit@ estreñid@.
Vuelva a intentarlo. Ok, pasable,
pero siga practicando. Ahora, ¿no huye
despavorid@?, ¿no desvía la mirada?, ¿no se le acerca exclamando “¡tí@ juanch@!
¡No te reconocía! Pero con ese
gesto…“? ¿No? Ok, continúe.
Quinto.- Repita los pasos primero, segundo, tercero y
cuarto. Puede haber fallas en nuestro
sistema (que, claro, es hecho en China).
Si vuelve a llegar a este punto, pase al siguiente:
Sexto.- Tiene usted altas probabilidades de haber topado con
alguien de la Sexta. No sabemos si
felicitarle o darle el pésame. En todo
caso, es su decisión y su responsabilidad lo que siga a esa mirada.
cuatro: Una mirada a un puesto zapatista.
(calendario y geografía sin precisar)
El SupMarcos: Tienen
que apurarse porque se acaba el tiempo.
La insurgenta de sanidad:
Oí Sup, el tiempo no se acaba, se
acaban las personas. El tiempo viene de
muy lejos y sigue su camino hasta alláaaaaa, donde no lo podemos mirar. Y nosotros somos como pedacitos de tiempo, o
sea que el tiempo no se puede caminar sin nosotros. Nosotros lo que hacemos es que el tiempo
camine, y cuando nos acabamos viene otro y lo empuja otro tanto al tiempo,
hasta que se llega a donde se tiene que llegar, pero no lo vamos a mirar dónde
es que se llega sino que otros lo van a ver si es que llega cabal o de repente
no le alcanzó la fuerza para llegar y otra vuelta que hay que empujarlo otra
vez, hasta que llegue de por sí.
(…)
La capitana de infantería: ¿Y por qué tardaste tanto?
La insurgenta de sanidad: Es que le estaba dando plática de la política al Sup, que sea que le
estaba ayudando para que explique bien que hay que mirar lejos, hasta donde no
nos alcanza ni el tiempo ni la mirada.
La capitana de infantería: Ajá, ¿y luego?
La insurgenta de
sanidad: Me castigó porque no me apuré de
los trabajos y me mandó a la posta.
(…)
cinco: Extracto de los “Apuntes para mirar el Invierno”.
(…)
Y sí, tod@s subieron al templete con el puño en alto. Pero no miraron bien. No miraron la mirada de esos hombres y
mujeres. No miraron que, cuando cruzaban
por arriba, volteaban la mirada hacia abajo y veían a sus decenas de miles de
compañeros. Es decir, se miraron a sí
mismos. Allá arriba no nos miraron
mirándonos. Allá arriba no entendieron,
ni entenderán nada.
(…)
seis: Ponga usted su mirada (o su mentada, manque no sea de menta).
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(Continuará…)
Desde cualquier rincón de cualquier mundo.
SupMarcos.
Planeta Tierra.
México, Febrero del 2013.
Escucha y ve los videos que acompañan este texto.
Daniel Viglietti y Mario Benedetti interpretan “a la limón”
la canción “La Llamarada” y el poema de Benedetti “Pregón”. Concierto en Montevideo, Uruguay,
Latinoamérica, Planeta Tierra. Al
iniciar, Daniel hace un reconocimiento a tod@s l@s que no están en el templete
pero hacen posible que Daniel y Mario estén. Casi al finalizar, pueden escuchar
a Mario Benedetti cantando, cantándose, cantándonos y, sin importar el
calendario y la geografía, viceversa.
Amparanoia interpreta “Somos Viento”. En una parte, Amparo Sánchez dice “Ik´otik”,
que en tzeltal quiere decir “somos viento”.
Amparo Ochoa, voz que aún reverbera en nuestras montañas,
interpretando “Quién tiene la voz”, de Gabino Palomares.
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