lunes, 25 de junio de 2012

Camina Tus Pensamientos...: Sobre el Golpe de Estado Parlamentario en Paraguay...

Camina Tus Pensamientos...: Sobre el Golpe de Estado Parlamentario en Paraguay...: Paraguay: Un golpe largamente planeado Pablo Stefanoni 24-06-2012 Página 7 Un Parlamento en manos de los viejos partidos oligárqu...

Sobre el Golpe de Estado Parlamentario en Paraguay...


Paraguay: Un golpe largamente planeado
Pablo Stefanoni
24-06-2012
Página 7

Un Parlamento en manos de los viejos partidos oligárquicos, un Poder Judicial funcional al capitalismo mafioso y un Presidente débil pero que acabó con seis décadas de reinado colorado' el plan de un golpe de Estado soft, al estilo del que en Honduras sacó del poder a Manuel Zelaya en 2009, estaba desde hace años a la espera del momento justo.

Justamente a fines de 2009 -a un año de la asunción de Fernando Lugo- se comenzó a hablar de un juicio político por parte del Congreso, en el que el Presidente casi no tiene representación, en complicidad con el vicepresidente Federico Franco, del Partido Liberal Radical Auténtico. En ese entonces escribimos un artículo - Paraguay, ¿una nueva Honduras? (www.rebelion.org/noticia.php?id=94901)- en el que dijimos: “Posiblemente, la derecha paraguaya haya aprendido de los gorilas hondureños que no es bueno sacar a Lugo en pijama, de madrugada, y enviarlo a algún país vecino en un ‘avión pirata’, pero eso no conduciría necesariamente a dejar de lado sus ambiciones desestabilizadoras sino, simplemente, a ser más cuidadosos”.

La política luguista del “Mbytetépe poncho jurúicha” (ubicarse en el centro, como la boca del poncho) no ahuyentó a los fantasmas que la burguesía paraguaya se hace sobre un tránsito de Paraguay hacia el “comunismo” de Chávez, Evo y Correa. En ese entonces, la razón en la que la derecha fundamentó el pedido de juicio político era tragicómica: que Lugo había afirmado que los ricos se oponen al proceso de cambio.

Lugo dijo exactamente: “Los que genuinamente quieren cambiar el país son los que no tienen cuentas bancarias, son los que no salen cada día en las páginas sociales de la prensa... Los que quieren seguir mirando el pasado en sus privilegios' en defensa de sus cajas de ahorros en bancos internacionales, ellos no quieren cambiar”.

¿Discurso inofensivo? Puede ser, pero no en Paraguay. Las reacciones fueron insólitas: el ex candidato presidencial Pedro Fadul, del partido Patria Querida, tildó de “criminal” el contenido del mensaje de Lugo debido a su carácter “confrontacional”, que “daña el alma y el espíritu”. Curiosa, en cualquier caso, la capacidad de indignación del “espíritu” de una élite que convivió sin la menor indignación con las peores desigualdades del continente.

Por su parte, el analista Carlos Redil comentaba: “Lugo hizo un discurso incendiario incentivando la lucha de clases y la oposición no podía quedarse callada”. Redil creía, “por ahora”, que no estaban dadas las condiciones para un juicio político. “Por ahora'”.

En ese entonces se conoció un mail del ganadero chileno Eduardo Avilés, residente en Paraguay hace más de 30 años, en el que pedía una contribución entre su pares empresariales para comprar armamento, formar escuadrones e identificar y liquidar comunistas . “Ya es la hora de ponernos los pantalones largos. Hasta cuándo tenemos que esperar para combatir a estos comunistas hijos de puta, que están queriendo destruir nuestro querido Paraguay, como lo hicieron los allendistas en Chile”, decía.

El anticomunismo es moneda corriente en Paraguay. El dictador Stroessner dijo que su país era “el más anticomunista del mundo” junto a Taiwán, uno de sus principales aliados. Los negocios -políticos y monetarios- entre ambas naciones están bien documentados en el apasionante libro El Paraguay de Stroessner, de Rogelio García Lupo, que contiene un largo detalle del anecdotario sangriento de las décadas de reinado del dictador.

Cualquier reforma social, por mínima que sea, activa el anticomunismo latente de una de las más rancias oligarquías de la región. Hacer un simple catastro de las propiedades agrícolas -para no hablar de una reforma agraria- ya es una medida revolucionaria en Paraguay, donde entre terratenientes nativos y brasiguayos (hijos de brasileños nacidos en Paraguay) controlan sus haciendas a punta de escopeta.
 
El momento de hacer el golpe de Estado llegó tras la masacre de 17 campesinos y policías el pasado 15 de junio. “La constante confrontación y lucha de clases sociales, que como resultado final trajo la masacre entre compatriotas, es un hecho inédito en los anales de la historia desde nuestra independencia hasta la fecha, en tiempo de paz”, decía una parte de los cargos para el juicio político exprés que busca, tras sacar al Presidente, restaurar el viejo orden apenas erosionado por la gestión de Lugo.

martes, 19 de junio de 2012

"No importa cuánto quieras deslindar, ese es tu partido"


Por qué Atenco no se olvida                   
Adolfo Gilly
07 de Junio de 2012
Fuente: La Jornada


Enrique Peña Nieto fue a la Ibero el viernes 11 de mayo a un encuentro bien preparado y sin problemas previsibles. Los estudiantes, ellas y ellos, le plantearon sus preguntas; entre otras, qué había pasado en Atenco seis años antes. El candidato dio una respuesta administrativa. No satisfizo a nadie, pero tal vez la habría librado si, antes de irse, no se le ocurre tomar otra vez el micrófono y, a modo de Santo Papa, declarar a voz en cuello:

“Asumo plena responsabilidad por lo sucedido en Atenco. Los responsables fueron consignados ante el Poder Judicial, pero, reitero: fue una acción determinada en el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de usar la fuerza pública para restablecer el orden y la paz”.

Mala hora, viernes negro: se armó la de Dios es Cristo. Los estudiantes gritaron y clamaron: “¡Atenco no se olvida!”, “¡Atenco no se olvida!”, el candidato perdió el aplomo y, perseguido por las voces de los jóvenes, se refugió en los baños, para su esquiva suerte, los baños de mujeres. Las cámaras registraron su expresión de desconcierto y la de quienes lo acompañaban; finalmente atinó a salir por las escaleras entre gritos de: “¡fuera! ¡fuera! ¡fuera!”.

De ahí nació y se extendió por las universidades y sus alrededores el imprevisto, desparpajado, inencuadrable y desordenante movimiento de los estudiantes: primero de los 131 de la Ibero que dieron la cara, mostraron su credencial y desafiaron a quienes pensaban, tal vez como en Atenco, encontrar culpables para aplicarles “el uso legítimo de la fuerza pública”; y después de todos los que, atraídos por ese gesto de desafío, se fueron sumando como torrentera para declarar, cada uno y todos juntos, “#YoSoy132”.

* * *

El 28 de mayo, como es sabido, tuvo lugar el encuentro con los cuatros candidatos presidenciales en el castillo de Chapultepec, organizado por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. Las crónicas se ocuparon sobre todo de cuanto dijeron los abanderados y mucho menos de los testimonios de las víctimas, sobre lo cual pude escribir en estas páginas.

Quiero retomar ahora otro registro de la reunión del castillo: el alegato desafiante y acusador de la señora Trinidad Ramírez, en nombre del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, dirigido al candidato Enrique Peña Nieto allí presente. Esas palabras, y la actividad tenaz de doña Trini y sus compañeros durante años, hasta lograr la absolución por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la liberación de los 12 presos de Atenco, en julio de 2010, declarados inocentes de toda culpa más de cuatro años después de haber sido encarcelados, explican bien por qué hoy, en mayo de 2012, Atenco no se olvida.

* * *

Dijo Trinidad Ramírez a Enrique Peña Nieto en el castillo de Chapultepec:

En México, los pueblos han aprendido a defender a la madre tierra frente al despojo de los gobiernos que pierden los principios y la moral y se convierten en meros ejecutantes de intereses mezquinos de empresas trasnacionales. Violan la Constitución, humillan la voluntad de los pueblos y cometen toda clase de agravios contra la población que se defiende y se organiza para evitar que su patrimonio y raíces sean exterminados. Cherán, Ostula, Wirikuta, Temacapulín, La Parota y muchas más resistencias se viven hoy en nuestro país. Todas han recibido como respuesta represión, desprecio, asesinatos, engaños y la descalificación sistemática. Todos los agravios en su contra han permanecido impunes.

Atenco es un botón de muestra. Y tú, Enrique Peña Nieto, lo sabes perfectamente. Sabes que en 2001 intentaron arrebatar nuestras tierras para la construcción de un aeropuerto. Como resultado de la defensa legal y legítima del pueblo tuvieron que derogar el decreto que nos despojaba.

Siendo gobernador del estado de México, el 3 y 4 de mayo de 2006 tú ordenaste el operativo contra nuestros pueblos. La violencia la provocó tu gobierno. A pesar de haber alcanzado un acuerdo el día 2 de mayo, tú traicionaste y ordenaste golpear a nuestros compañeros en Texcoco. No fue una situación fortuita, fue una venganza planeada de tu parte. Venganza en contra del pueblo que se resistió al despojo de sus tierras. Pretendían desaparecer al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra para apoderarse de lo que es nuestro, y hoy mantienen vigente esa amenaza.

Has repetido que fue tu decisión la que se llevó a cabo en ese operativo, en el que fueron asesinados dos jóvenes: Javier Cortés Santiago y Alexis Benhumea Hernández, (este último) estudiante de la UNAM, a manos de las fuerzas que tú llamas “del orden”. Tú has reiterado que eres responsable de lo sucedido en Atenco, donde fueron torturadas sexualmente 46 mujeres, entre ellas cuatro extranjeras. Entonces, Peña, eres responsable de dos asesinatos impunes, eres responsable de que una banda de violadores siga actuando al amparo de la policía que tú creaste. Esas son tus credenciales para intentar llegar a la Presidencia.

Además de ser ilegalmente detenidos y bestialmente torturados, nuestros compañeros fueron encarcelados. Moviste todos los instrumentos de tu gobierno para condenar a 112 años de prisión a quienes defendieron la tierra. Se tuvo que llegar hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que cabe aclarar que no avaló el operativo, sino que reconoció que hubo tortura sexual y violaciones graves a los derechos humanos. La misma Suprema Corte dictaminó la liberación de nuestros compañeros después de cuatro años de procesos.

No fue para ti importante cuántos hijos y esposos sufrieron la impotencia frente al agravio a sus mujeres. Cuántas familias quedaron sin hijos, sin sus esposos y sin ingresos por los años de persecución y cárcel que sufrieron siendo inocentes. No te importó porque el dolor y el sufrimiento de nuestros pueblos es para ti un trofeo. Por eso también nadie ha sido castigado por todos estos delitos, nadie de los tuyos pisó nunca una cárcel. Los muertos, las agraviadas y los presos los puso el pueblo.

Intentas tapar el sol con un dedo. Ahora quieres volver a justificar tu imperdonable represión recurriendo a la imagen del policía que fue golpeado. Te recordamos que esa reacción del pueblo fue a consecuencia del cruel asesinato de Javier Cortés Santiago, de 14 años de edad. Las televisoras pasaron una y otra vez la escena de un hecho que no debió ocurrir, indudablemente no debió ocurrir. Pero nunca salió en la televisión cómo golpearon y detuvieron a nuestros compañeros, ni los allanamientos ilegales, ni a nuestros niños rociados con gas lacrimógeno, etcétera. Desde entonces era evidente la nefasta alianza con la manipulación de las televisoras.

La brutalidad de tu policía no se debió a “excesos” individuales. Lo ratifican decenas de organismos e instituciones de derechos humanos nacionales e internacionales. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Centro Miguel Agustín Pro, Amnistía Internacional, la ONU, la Comisión Internacional, once premios Nobel de la Paz y la Comisión Civil Internacional de Observación de Derechos Humanos, por mencionar algunos, coinciden en señalar el operativo Atenco, en su conjunto, como “violaciones graves a los derechos humanos”.

Esto es lo que el PRI representa. Ustedes tratan al pueblo y sus líderes como delincuentes. Lo hicieron en 1968 y en 1971, en las masacres de Aguas Blancas y Acteal. No importa cuánto quieras deslindar, ese es tu partido.

Lo que tú representas es un gobierno prepotente y violento, incapaz de aceptar la crítica y acostumbrado a imponerse por la fuerza y la manipulación. Tu campaña es un peligro para esta nación, sobre todo para los pueblos y para cualquier espíritu crítico y honesto.

No venimos a pactar, sino a señalarte y decirte que sabemos que la justicia no vendrá de ustedes, los represores, sino del pueblo.

* * *

Así concluyó el alegato de San Salvador Atenco en la voz de la señora Trinidad Ramírez, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, en el castillo de Chapultepec. Poco o nada musitó al respecto Enrique Peña Nieto. ¿Qué podía decir? No hay que olvidar que en la represión de Atenco participó también la Policía Federal por órdenes del entonces presidente Vicente Fox, hoy aliado de Enrique Peña Nieto. El abogado Leonel Rivera, defensor de Atenco, declaró entonces a Emir Olivares y Blanche Petrich (La Jornada, 5 de mayo de 2006):

“Desde que la movilización popular frustró el proyecto del aeropuerto internacional para defender sus tierras, hace tres años, estaba pendiente un ajuste de cuentas por parte de quienes, dentro de los círculos del presidente Vicente Fox y el ex gobernador Arturo Montiel, perdieron negocios por muchos miles de millones de dólares. Estos intereses no iban a perdonar a los campesinos. Y el miércoles se la cobraron”.

Está claro, entonces, por qué hoy Atenco no se olvida. #

miércoles, 6 de junio de 2012

Presos de San Sebastián Bachajón: tortura institucional


Presos de San Sebastián Bachajón: 
tortura institucional
 Fuente: Radio Zapatista y CGT Chiapas


 Todos saben lo que significa oponerse a la imposición y la arbitrariedad. Sin embargo, ese día, cuando Antonio Estrada salió de su casa a las dos de la tarde, iba despreocupado y sólo pensaba en su tío Bartolo, a quien iba a visitar. Por eso, cuando vio la patrulla con cuatro hombres encapuchados atrás y dos adelante, no se le ocurrió huir. Apenas había salido de su casa, en la pequeña comunidad de Sasamtic, municipio de Chilón, cerca del crucero Agua Azul, y no había caminado más de 300 metros sobre la carretera que va a Tumbalá cuando la patrulla le cerró el paso y dos hombres saltaron de la camioneta, lo detuvieron sin explicaciones, le taparon la cabeza con una playera y lo subieron a la góndola, tirándolo con violencia boca abajo, las manos esposadas hacia atrás, el rostro prensado contra el metal caliente. Entonces sintió los primeros golpes: en la cara, en los oídos, con la palma de la mano. “¿Cómo te llamas?” “Tú eres el que asalta, ¿verdad?”, le preguntaban mientras lo golpeaban y le picaban las costillas con los dedos. Le dijeron que le darían un balazo y después lo envolverían en una colchoneta y lo tirarían en un basurero. Encobijar. Así se le llama a esa arte en el lenguaje del narco. La policía tiene buenos maestros.

Lo llevaron a algún lugar en Palenque. Allá lo sentaron en una silla, le quitaron la camiseta que le cubría la cabeza y lo golpearon tan fuerte que se le oscureció la vista. Después le vendaron los ojos con tanta violencia que hasta ahora tiene una cicatriz de 5 centímetros en el tabique nasal.

Entonces empezó el verdadero suplicio. Hay cosas que son indecibles. No porque no se puedan contar los hechos, sino porque éstos no expresan lo que realmente importa. “Así como ningún ser humano puede imaginar lo que nos sucedió, es inimaginable que alguien pueda contar nuestras experiencias”, dijo un sobreviviente de Auschwitz.[1] A Antonio lo acostaron en alguna superficie dura y le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza para asfixiarlo. Los métodos de “investigación” de la policía y el funcionamiento de la justicia mexicana. Torturar a la víctima hasta que confiese lo que se quiera que confiese. (“Resultado de los trabajos de inteligencia…”, dice el boletín del gobierno de Chiapas que anuncia la detención.) A Antonio lo acusaban de asaltar, él se rehusaba a culparse de delitos que nunca cometió. Por eso lo asfixiaron hasta que se desmayó. Y cuando se recuperó, lo volvieron a asfixiar. Y así sucesivamente. Después lo sumergieron en un tambo de agua de 200 litros. Cuando estaba a punto de ahogarse lo sacaban, lo golpeaban atrás de la cabeza, lo volvían a sumergir. Amenazaban matarlo, lo golpeaban, lo sumergían, Antonio no se culpaba. Entonces le amarraron un trapo con fuerza tapándole nariz y boca y dejaban caer agua en el mismo. ¿Técnicas producto de la inventiva nacional o cortesía de la Escuela de las Américas? Antonio intentaba respirar y su nariz y boca se llenaban de agua. Veía la muerte llegar, pensaba en su mujer y sus dos hijos. Hasta que no pudo más. Confesó lo que le exigían, dio los nombres de dos personas que sabía que asaltaban y otro nombre inventado cuando le exigieron que nombrara a sus “cómplices”.

Horas después la policía allanó los hogares de los dos hombres mencionados por Antonio y detuvo a uno de ellos (el otro se dio a la fuga). Serían más de las 2 de la mañana cuando llevaron a Antonio al banco de arena en la carretera Ocosingo-Palenque, cerca del crucero Agua Azul. Allá le exigieron que dijera dónde cometía los asaltos. Como lo volvió a negar, lo volvieron a golpear. Después jalaron un tronco hacia la carretera con una cadena, atravesaron una camioneta RAM blanca, cubriéndole el logotipo y la placa con cinta canela, y tomaron fotos de la escena y de una pistola, dos machetes y un pasamontañas: las “pruebas” del asalto en el que supuestamente la policía detuvo a Antonio in flagranti. A las 10 de la mañana Antonio fue presentado ante el Ministerio Público en Palenque, donde lo obligaron a firmar una declaración previamente redactada, bajo amenazas de nuevas torturas.

Esto fue el 8 de agosto de 2011, y es la fecha que consta en la documentación oficial como el momento de su detención, a pesar de que, en realidad, fue detenido un día antes. Antonio Estrada Estrada es miembro de la Otra Campaña del ejido de San Sebastián Bachajón, participa en la resistencia por la defensa del territorio y contra la imposición de proyectos megaturísticos en la región y es hijo del principal Leonardo Estrada. Hoy está preso en el CERESS 17 de Playas de Catazajá, enfermo por los golpes que recibió, con fuertes dolores de cabeza, garganta y nariz. Su esposa lo visita sólo una vez al mes porque no tiene dinero para el pasaje, y cuando llega tiene que enfrentarse a los maltratos y a las revisiones humillantes.


Un mes y medio después de la detención de Antonio, Miguel Vásquez Deara soñó que un perro lo perseguía. Había llegado a Palenque esa tarde de Crucero Ch’ich, ejido de San Sebastián Bachajón, donde vivía, para iniciar su semana de trabajo en la empresa de transportes Votán. Esa mañana, 26 de septiembre de 2011, salió a la calle a las 9 de la mañana a buscar pasaje, y dos horas después fue detenido por policías preventivos acompañados por personas que él conocía: Juan Álvaro y Manuel Jiménez Moreno, ambos operadores del secretario de gobierno Noé Castañón. Manuel Jiménez Moreno, en particular, es hijo del ex regidor de Chilón, organizó la detención de dos bases de apoyo zapatistas en 2008, fue protagonista de conflictos con la comunidad zapatista de Bolom Ajaw,  ha sido denunciado por numerosas agresiones y amenazas de muerte y es ahora coordinador de campaña de Carlos Jiménez Trujillo a la presidencia municipal de Chilón por el PRI.

A Miguel le taparon la cara con su propio uniforme, le quitaron el dinero que traía y lo llevaron a un lugar desconocido donde le vendaron los ojos, lo desnudaron, lo esposaron de manos y pies, le pusieron una bolsa en la cabeza y lo golpearon en el estómago y en el pecho con culatazos, y en la nuca con el puño cerrado. Lo interrogaban, le exigían que se acusara del robo de un auto y de asaltos carreteros. Durante el interrogatorio, Miguel reconoció las voces de otros opositores de la Otra Campaña, presentes para acusarlo de delitos inventados. Le preguntaban qué hacía en la organización, qué cargos tenía, quiénes eran los dirigentes. Lo envolvieron en una cobija y lo patearon. Tanto lo golpearon, que posteriormente defecó sangre. Lo forzaron a detener armas mientras lo fotografiaban y, finalmente, lo obligaron a firmar una declaración donde se culpaba de robo y potación de armas. Hoy Miguel está preso en el CERSS de Ocosingo. Era policía comunitario de San Sebastián Bachajón y es miembro de la Otra Campaña.


Ese 26 de septiembre, mientras Miguel Vásquez Deara estaba detenido y siendo sometido a tortura, un operativo de unos 100 elementos de la Policía Estatal Preventiva en cuatro camiones Torton invadieron la casa del ex preso político Juan Aguilar Guzmán, tumbando dos puertas y disparando armas de fuego dentro de la residencia, y se llevaron a su hijo Jerónimo Aguilar Espinoza a un lugar desconocido, donde lo mantuvieron durante varias horas, interrogándolo sobre la dirección de la organización de la Otra Campaña. Al día siguiente fue liberado. Juan Aguilar Guzmán, principal del ejido de San Sebastián Bachajón, fue uno de los 117 presos el 3 de febrero de 2011, tras la toma violenta de la caseta de cobro a las Cascadas de Agua Azul, controlada entonces por los ejidatarios adherentes a la Otra Campaña. Salió libre el 23 de julio de ese año, tras una campaña internacional por la liberación de los presos políticos de Bachajón.


Un año antes, el 7 de octubre de 2010, Miguel Demeza Jiménez salió de su comunidad de Lamal’tza, ejido de San Sebastián Bachajón, rumbo a Ocosingo para comprar herramientas de albañilería. Miguel era agricultor, pero de vez en cuando trabajaba como albañil para complementar sus ingresos y así sustentar a sus cuatro hijos. Mientras comía en un puesto de hamburguesas, fue detenido por elementos de la Policía Estatal Preventiva. Como en los otros casos, fue trasladado a un lugar desconocido donde fue brutalmente torturado hasta forzarlo a firmar una averiguación previa autoinculpatoria, por el supuesto secuestro de la hija de un hotelero. Ya en 2009 Miguel Demeza y otros cinco miembros de la Otra Campaña de Bachajón habían sido detenidos y torturados, y estuvieron presos durante casi tres meses, siendo liberados en julio de ese año por falta de pruebas, tras denuncias del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, Amnistía Internacional y la Organización Mundial contra la Tortura. Esta vez, Miguel estuvo arraigado casi dos meses en la Quinta Pitiquito en Chiapa de Corzo y hasta ahora sigue preso en el CERESS 14, El Amate, Cintalapa de Figueroa.


Como documentan la Red contra la Represión y por la Solidaridad en Chiapas y el Grupo de Trabajo No Estamos Todxs, estos casos son sólo las más recientes manifestaciones de una estrategia gubernamental por criminalizar e intimidar —a través de la tortura y la prisión— a las comunidades y organizaciones que se oponen al despojo de tierras y territorios por los grandes proyectos turísticos planeados para la región. Los cargos de robo, asalto carretero y portación de armas son los delitos favoritos.

La lucha por la liberación del profesor Alberto Patishtán y del base de apoyo zapatista Francisco Sántiz López, que se extiende por cada vez más rincones de México y del mundo, abraza también a todos los presos políticos y de conciencia y a todos los presos injustamente, torturados y torturadas, violados y violadas en sus derechos fundamentales por el gobierno del estado de Chiapas.

[1] Primo Levi, Lo que queda de Auschwitz.