Wirikuta:
El
corazón de la vida bajo el acecho transnacional.
Primera parte
México
subterráneo
12 octubre, 2011
Fuente: AGENCIA
SUBVERSIONES
Hace una década un maraka´ame (cantador) compartió para su pueblo la
revelación de un sueño que tuvo en Wirikuta[1]
en el cual, veía como “las entrañas de la Madre Tierra estaban siendo
desgarradas y su vientre era rasgado y pisoteado”.
Lo que fuera la visión que un maraka´ame
tuvo hace diez años ahora toma fuerza en la amenaza real que enfrenta el
territorio sagrado de Wirikuta, lugar que hoy quiere ser alcanzado por el
extractivismo voraz del neoliberalismo, que en nombre del desarrollo obediente
a las políticas globales del mercado, ha decido operar su maquinaria de
destrucción en Wirikuta considerada para los wixaritari (huicholes) “pilar
fundamental de la vida y del universo”.
Foto editada: Salvemos Wirikuta
http://salvemoswirikuta.blogspot.com/
Kauyumaritsie también conocido como El
Bernalejo o el corazón de Wirikuta, es uno de los sitios sagrados que se
encuentran dentro de la extensión de 140 mil 211 hectáreas que comprende el
área geográfica de Wirikuta, hoy
amenazada por la empresa minera Golondrina S.A. de C.V., filial de la empresa
canadiense West Timmins Mining, que busca explotar oro con el método de tajo a
cielo abierto en este territorio.
En días recientes tal amenaza fue
anunciada por habitantes de la comunidad de las Margaritas ubicada en el
municipio de Catorce. Según fuentes oficiales hasta el momento las vetas de oro
que dicha empresa pretende aprovechar se encuentran dentro de los lotes mineros
denominados “La Lira” y “El Bernalejo” con 77. 63 y 37.88 hectáreas
respectivamente, que además de ubicarse en el corazón de Wirikuta también se
encuentran dentro de la zona de “cacería de peyote” del pueblo wixárika
(huichol), particularmente de Ta tei kie, San Andrés Coamiata.
Lo anterior sumado a la amenaza de
explotación de plata que la empresa canadiense First Majestic Silver Corp, a
través de Minera Real Bonanza S.A. de C.V. y Minera Real de Catorce, S.A. de
C.V., pretende llevar a cabo en 6 mil 678 hectáreas que comprenden las 22
concesiones adquiridas en 2009[2], representa una seria agresión para el pueblo
wixárika que ha visto vulnerados sus derechos fundamentales como el derecho a
la consulta, a la preservación de su cultura y prácticas tradicionales, y el
derecho a decidir sobre su territorio.
Wirikuta es el lugar donde el pueblo
wixárika (huichol) ha peregrinado desde tiempos inmemoriales para recrear los
pasos que dieran sus antepasados en la creación del mundo y del universo. Ella
“es matriz de la lluvia y de la fertilidad” y el lugar donde nació el sol, así
lo aseguran los wixaritari (huicholes), que verían devastada su cultura en caso
de que cualquier empresa minera comenzara a operar en este territorio.
Además de contar con un Plan de Manejo del
Área Natural Protegida que prohíbe la actividad minera en la mayor parte de
este territorio; por su valor ancestral y riqueza cultural Wirikuta fue
declarada en 1994 Área Natural Protegida y Patrimonio Histórico y Cultural por
el gobierno de San Luis Potosí y en 1999 fue sumada por la UNESCO a la red de
los 14 sitios sagrados más importantes del mundo siendo candidata también para
obtener el nombramiento de patrimonio de la humanidad.
Al consentir la intervención del cualquier
empresa minera además de desconocer dichos nombramiento, el gobierno federal
está violando tratados y convenios internacionales como el 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Sistema Interamericano
de Derechos Humanos; así como la ley de
Consulta Indígena del estado de San Luis Potosí.
Ante tal situación en un acta emitida en
la décima reunión del Consejo Regional Wixárika en Defensa de Wirikuta[3] el 9
de abril del presente año, el pueblo wixárika se pregunta: ¿de qué sirven
entonces, los acuerdos, los decretos, los planes de manejo, y las palabras de
Felipe Calderón vestido de wixárika prometiendo la protección de nuestros
lugares sagrados a la hora de firmar el pacto Hauxamanaka hace apenas dos
años?[4], donde además le recuerdan al gobierno su “obligación constitucional
histórica y moral” de respetar el patrimonio fundamental de todos los mexicanos
y de la humanidad.
Foto: Colectivo 3.1416
La responsabilidad de los gobiernos en la
protección y promoción de los derechos indígenas, así como de sus prácticas
sociales, culturales, religiosas y espirituales bajo el respeto irrestricto a
sus territorios, instituciones y formas tradicionales de organización, son
algunos de los ejes que atraviesan los artículos de los documentos citados,
reivindicados también en los Acuerdos de San Andrés Larrainzar firmados en 1996
por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, siendo el derecho a la
consulta y el respeto a la cultura y a
los territorios indígenas, los temas centrales que guían los principales
reclamos que el pueblo wixárika hace al gobierno mexicano.
No obstante, en la respuesta dada por el
gobierno federal el 19 de julio de este año al Relator Especial de la
Organización de Naciones Unidas, James Anaya, asignado para revisar el caso de
Wirikuta[5], queda descubierta la violación tácita a estos derechos ya que es
imposible hablar de un consentimiento
“libre, previo e informado”[6] cuando la empresa minera no cuenta siquiera con
un estudio de impacto ambiental en la región, ni con un proceso real de
consulta que las respalde.
Así,
en vez de escuchar y respetar la voz de las asambleas, autoridades
tradicionales y decisiones comunales;
el gobierno mexicano a través de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los
Pueblos Indígenas (CDI), le apuesta a una campaña de simulación y “división
artificial”[7] que en un supuesto afán por defender Wirikuta vaya abriendo
cancha a los intereses de las empresas mineras.
Bajo esta lógica el pasado mes de agosto
la CDI junto con la Reforma Agraria y la presencia de algunos integrantes del
pueblo wixárika manipulados por estas instituciónes, se dieron cita en Wirikuta
para llevar a cabo la georeferenciación de los sitios sagrados y demandar al
gobierno “que se respeten esos kilómetros cuadrados de territorio medido con
exactitud, para salvaguardar la vida del pueblo wixárika”[8], lo cual es un hecho grave que además de
violentar la concepción que los pueblos indígenas tienen de sus territorios y
su integralidad, y pasar por encima de la voluntad del Consero Regional
Wixárika que había exigido se cancelaran dichas mediciones; es una acción que
se traduce en un intento por terminar de armar el montaje que permitiría que
cualquier empresa minera pudiera explotar la región, legitimándose con el uso
manipulado del discurso de protección de los sitios sagrados.
Para el pueblo wixárika, Wirikuta es una
totalidad y aclaran que “del sur al norte, la sierra es un conjunto de
kaka´yarixi o antepasados fundamentales y manantiales imprescindibles para la
lluvia y la fertilidad de nuestro país”[9]. Así, violentar Wirikuta implica un
costo para toda la humanidad, tal como lo advierten los wixaritari en una carta
entregada a la presidencia el 9 de mayo del presente año, donde denuncian “el
intento de desaparición forzada de todo un pueblo, el pueblo wixárika”.
Wirikuta: La riqueza ancestral
Reunax, es el nombre en wixárika que
refiere al lugar donde comenzó la vida, es
ahí en el Cerro del Quemado donde hace cientos de años llegó el maxa, el
venado[10], que con sus cuernos
elevaría al sol a los cielos para liberar al mundo de la oscuridad de la noche.
Es ahí en Wirikuta donde comenzó todo, donde nacería la luz que iluminaría la
vida en el planeta y uno de los pilares donde ésta se sostiene.
En la peregrinación a Wirikuta los
wixaritari recrean el transitar de sus antepasados recogiendo a cada paso su
memoria guiados por los maraka´ate, cantadores dedicados a proteger el sol y
procurar que éste permanezca alejado de la tierra y que así no pueda ser
atacado por la serpiente de dos cabezas que amenaza al mundo con devolverlo a
la oscuridad. Tatewari, el abuelo fuego, guió a los antepasados de los
wixaritari al amanecer y fue gracias a
él que los xukurikate[11] llegaron al Cerro del Quemado, lugar donde nació el
sol.
Es ahí en Wirikuta donde se hallan los manantiales sagrados de Tanana,
Maza+ Tek+, Maza+ Hata cuya agua fuera la que bebieran y sacralizaran las
antiguas generaciones de peregrinos; y en donde cada año tras una peregrinación
de aproximadamente 500 kilómetros llegan los wixaritari desde la Sierra Madre
Occidental[12] al desierto de Real de Catorce en San Luis Potosí, para recrear
el ciclo de la vida y culminar sus rezos en el Reunax+.
Es ahí en Wirikuta donde crece el híkuri,
corazón de los antepasados conocido como el peyote, planta sagrada
representativa de la cultura wixárika en torno a la cual cada año, entre cantos
y danzas que penetran en la tierra y se elevan a los cielos a través de las
plumas del águila, los maraka’ate (cantadores) dialogan y acuerdan con los
antepasados para que juntos sigan construyendo la fecundidad de la tierra y
permitan que en ella germine el maíz. Eso es lo que pasa en la fiesta del
peyote, hikuri neixa, espacio de danza vestido de canto y oración donde los
peyoteros guían los pasos de los danzantes hacia los cinco puntos cardinales saliendo
del centro del universo, el fuego, para después regresar a él.
Para los wixaritari el mundo se sostiene a
partir del equilibrio que se logra en la relación opuesta, pero fundamental,
entre el día y la noche, donde Reutari y Reunar+ representan respectivamente,
el inframundo, el reino de la oscuridad y la muerte, y el cielo, lugar de luz y
de vida. Esta dualidad es uno de los puntos cardinales del “mapa
cosmogónico”[13] que rige el universo huichol, dualidad que se consuma ahí en
Wirikuta, lugar donde los primeros peregrinos provenientes del mar llegaron en
busca de la vida para encontrarla.
“Nada se veía y todo era muy oscuro, y
como nadie se veía no había nada, ni piedras ni nada, porque no se veía nada.
Entonces ahí estaban los antepasados de nosotros, pero en el agua. Entonces el
agua se empezó a hacer poquita y más poquita, y en Haramara unos antepasados
salieron del mar para caminar; eran los primeros que fueron a la peregrinación,
los xukurikate, porque querían encontrar su vida”[14]
Wirikuta guarda en sus tierras el instante
culminante de la creación, no obstante, cada momento de ésta, desde que los
peregrinos salen del centro Te´akata (el fuego) pasando por Haramara (Nayarit),
Xapawilleme (Jalisco), Hauxamanaka (Durango), hasta llegar a Wirikuta (San Luis
Potosí), guarda su trascendencia en el universo mítico y ancestral que da forma
y sentido a la ritualidad cotidiana de los wixaritari, a sus formas
tradicionales de organización, a su ciclo festivo y agrícola, pero también a la
propia existencia de la vida y del universo.
Toño pintando un águila durante la
Caravana al Sur por la Paz con Justicia y Dignidad.
La peregrinación a Wirikuta no comienza ni
termina en ella, pero es ahí donde todo vuelve a empezar, donde los wixaritari
renacen desde el centro de sus mitos y en el retorno a su origen, en un dialogó
intimo con el desierto donde renombran la realidad y la liberan de sus
conceptos, la intervienen para dejarla fluir en medio de un ritual de
purificación y liberación donde los peregrinos se confiesan ante el grupo para
una vez purificados pueda entrar al “lugar del híkuri” y no corran el riesgo de
enloquecer y no poder salir de la oscuridad para encontrar la luz que ilumine
al mundo.
T+karipa, la noche y Tukaripa, el día; son
las representaciones míticas a partir de las cuales los wixaritari entienden
los dos momentos de la creación. La noche, como el gran diluvio que inundara
todo y trajera la oscuridad, relacionada con la temporada de lluvias, y el día
como el momento en el que mundo se solidifica para dar paso a la vida.
T+karipa, es el preludio de la existencia, cuando se deposita la semilla en la
tierra sin saber si esta germinará y nacerá, es el momento de la incertidumbre
que termina cuando llega Tukuripa, la temporada de seca, para anunciar el
regreso del sol; y la existencia, antes inmadura, ahora resplandece para
reafirmarse ante el cosmos. Ese es el tiempo de la cosecha, el tiempo de la
vida.
Entender Wirikuta implica sumergirse en la
complejidad del cosmos y de aquellos elementos
que interactúan simbólicamente, para ampliar nuestra visión del mundo
que adquiere nuevos significados al mirar el peregrinar del pueblo wixárika
como la extensión de los pasos de los antepasados,pero sobre todo, como la
extensión de su lucha por la vida.
PROXIMAMENTE SEGUNDA PARTE: Wirikuta: La historia de la mineria y el
presente de su devastación
[1] Wirikuta es
un territorio ubicado en el estado de San Luis Potosí en la sierra de Catorce y
el bajío en los municipios de Charcas, Villa de la Paz, Villa de Ramos,
Zacatón, Catorce, Matehuala y Villa de Guadalupe.
[2] Para más
información sobre el proyecto minero de la empresa First Majestic Silver Corp
denominado ”La Luz” consultar en:
http://www.firstmajestic.com/s/LaLuz.asp
[3] El Consejo
Regional Wixárika en Defensa de Wirikuta es una organización regional
conformada por los gobiernos tradicionales y agrarios de las comunidades de
Bancos de San Hipólito, Santa Catarina y San Sebastián, que son tres de las
cuatro comunidades que conforman al pueblo wixárika, asentado en los estados de
Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas.
[4]
Pronunciamiento de la décima reunión del Consejo Regional Wixárika en Defensa
de Wirikuta con fecha del 9 de abril del 2011. Para más información consultar
en:
http://frenteendefensadewirikuta.org/PDF/Pronunciamiento-de-la-Rivera-Aceves-09y10abril.pdf
[5]“México: situación del supuesto otorgamiento de
concesiones mineras en la región de Wirikuta, Real de Catorce, San Luis Potosí,
donde se encuentran sitios sagrados del pueblo wixárika (huichol)” por James
Anaya, Relator Especial de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas, para más información consultar en:
http://unsr.jamesanaya.org/esp/casos-2011/08-mexico-situacion-del-supuesto-otorgamiento-de-concesiones-mineras-en-la-region-de-wirikuta-real-de-catorce-san-luis-potosi-donde-se-encuentran-sitios-sagrados-del-pueblo-wixarika-huichol
[6] El artículo
19 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos
indígenas dice que: Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe
con los pueblos indígenas interesados por medio de sus instituciones
representativas antes de adoptar y aplicar medidas legislativas o
administrativas que los afecten, a fin de obtener su consentimiento libre,
previo e informado. Para ampliar la información consultar en:
http://www.un.org/esa/socdev/unpfii/es/drip.html
[7] “La CDI”,
apunta el Consejo “ha estado manipulando el escenario social y ha sembrado una
división artificial entre comunidades. Sin embargo, en lo referente al tema de
la minera, todos los wixárika compartimos los objetivos de defensa integral de
Virikuta y haremos uso de todos los recursos necesarios para detener este
devastador proyecto minero, valiéndonos de recursos jurídicos nacionales e
internacionales así como de las acciones de resistencia civil y pacífica que
sean necesarias. Cita tomada de artículo publicado el 8 de octubre de 2011 en
la revista Ojarasca:
http://www.jornada.unam.mx/2011/10/08/oja-tenazas.html
[8] Para ampliar
la información consultar en:
http://www.puebloindigena.com/pueblo-wixarika/57-wirikuta/176-wixaritari-se-reuniran-en-wirikuta-san-luis-potosi.html
[9]
Pronunciamiento de la décima reunión del Consejo Regional Wixárika en Defensa
de Wirikuta con fecha del 9 de abril del 2011. Para más información consultar
en:
http://frenteendefensadewirikuta.org/PDF/Pronunciamiento-de-la-Rivera-Aceves-09y10abril.pdf
[10] El venado
es una de las deidades más veneradas ya
que es considerado en la cultura huichola como hijo de Tawewiekame (Nuestro
Padre Sol).
[11] También
nombrados Tayau Teuxima, jicareros que salen del mar, quienes antes de llegar a
Wirikuta, no tenían aún la condición de
humanos y eran más bien, lobos, serpientes, tigres, ágilas, y demás fauna que en la actualidad los
huicholes veneran. Gutierrez, Arturo. La peregrinación a Wirikuta: El gran rito
de paso de los huicholes. INAH Universidad de Guadalajara, México 2002, p. 39
[12] El pueblo
Wixárika habita en los municipios de Mezquitic y Bolaños, al norte del estado
de Jalisco, en La Yesca y el Nayar, en el estado de Nayarit, El Mezquital, en
Durango y Valparaíso, en Zacatecas.
[13] Los lugares
que los mara´akate sintetizan del macrocosmos a su microcosmos verbal y ritual
son los siguientes: a) al oriente wirikuta, en el desierto de San Luis Potosí;
b) arriba de Wirikuta, Reunari (el cielo o lo de arriba); c) el poniente
Reutari, la puerta de entrada al inframundo; d) debajo de Reunari, en el
occidente, Haramara; e) al sur, Xapawilleme, en una isla de la laguna de
Chapala denominada Del Alacrán, donde se desató el gran diluvio que inundó todo
el mundo, del que se salvó Watakame antepasado mítico de los huicholes que dio
origen a los wixaritari ; f) al norte Hauxamanaka, El Cerro Gordo –en Durango-
, lugar al que los Huicholes conciben como “el Joven de la madre flotante”
donde atracó la barca de Watakame, y al que la mitología huichola identifica
como el primer lugar seco después del diluvio; g) al centro, en la región
huichola Te´a kata, donde nació el fuego; es el sitio donde, según los
wixaritari, también están las comunidades, es decir, la tierra y los hombres.
Gutierrez, Arturo. La peregrinación a Wirikuta: El gran rito de paso de los
huicholes. INAH Universidad de Guadalajara, México 2002, p. 54
[14] Idem.,
p. 40
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