lunes, 6 de mayo de 2013

La casa del agua de los huicholes, vendida para el turismo...


Tatei Haramara, lugar de peregrinación y ofrendas de los wirrárika está en grave peligro.
La casa del agua de los huicholes, vendida para el turismo
Solamente dejaron tres hectáreas para sus originales poseedores. 
El resto fue entregado al turismo.
Adazahira Chávez
Fuente e imágenes: Desinformémonos



México. Tatei Haramara o Isla del Rey, lugar sagrado donde nace el agua que da vida a los wixaritari, fue vendida por el gobierno priista de Nayarit a dos empresas turísticas sin tomar en consideración a los huicholes, “que no llegamos ayer o hace 20 años, tenemos aquí toda la vida”, señala Braulio Muñoz, presidente de la Fundación para la Defensa Wixárika de Nayarit.

De las 13 hectáreas que los wirrárikas señalan como su lugar sagrado, el gobierno del priísta Roberto Sandoval “vendió 10, aunque dice que ocho son de reserva” a las empresas Desarrollos Turísticos Paraíso del Rey y Desarrollos Turísticos Aramara; los huicholes de Nayarit se enteraron de que se les reservaban solamente tres hectáreas “hasta el 11 de noviembre de 2012”, indica el representante wirrárika.

A los wixaritari de Nayarit les informaron que las tres hectáreas se habían acordado con la Unión Wixárika, pero ellos desconocen cualquier negociación. Reprochan que no se les haya tomado en cuenta y Braulio señala que este gobernador, que arribó al poder estatal en 2011, “nada más llegó y empezó a vender”.

Historia del despojo

Tatei Haramara, lugar sagrado del pueblo wixárika o huichol, fue declarado protegido por el pacto Hauxa Manka, que este pueblo acordó en 2008 con el gobierno federal y con los gobiernos estatales de Zacatecas, Nayarit, Jalisco, Durango y Zacatecas para proteger sus lugares sagrados.

En 2009, el gobierno federal, a través de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) aconsejó a los wixaritari a buscar una concesión dentro de su sitio sagrado para construir un lugar de rezo y ofrenda, llamado Xiriki. “Lo que el gobierno no dijo es que la concesión debía ser pagada por las comunidades o de lo contrario ésta puede ser cancelada, traspasada, vendida; es decir, lo que había sido un derecho ancestral se había convertido en un ‘derecho’ mercantilizable”, señalaron en La Jornada Jalisco Tunuary y Cristian Chávez.

Luego de ello, la isla se puso en venta y solamente se reservó un pequeñísimo lugar para depositar ofrendas, bajo el argumento de que el ancestral lugar de peregrinación son “tierras ociosas”, como señaló en su momento el presidente municipal Hilario Ramírez.

En 2011, cerca de cien hectáreas de Playa de Rey fueron concesionadas por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) a las empresas Desarrollos Turísticos Paraíso del Rey SA de CV y Desarrollos Turísticos Aramara, SA de CV. Dentro de estas hectáreas se encuentra Tatei Haramara.

El pueblo wirrárika y el mar

Juan Negrín, promotor del arte huichol, señala en su texto “¿Qué atrae a los indígenas huicholes hacia el océano pacífico?” que, pese a que los huicholes vivan a cien kilómetros de la costa, “su peregrinaje al mar  es un fenómeno vital muy concreto”.

Tatei Haramara o Nuestra Madre el Mar es la fuente primordial del agua, y sin ella no habría lluvia en sus tierras. Por eso, señala el experto, los wixaritari acuden a dar gracias y a buscar la fertilidad para las tierras.

“Nosotros ahí nos sacrificamos, ayunamos, hacemos ofrenda”, indica el wirrárika en entrevista con Desinformémonos. Para los huicholes, la casa de Tate –el agua y el mar- “no tiene precio, no se puede vender” porque de ahí viene la vida, señala Braulio.

Lo que exigen es que se les devuelvan las 13 hectáreas, y urgen al gobierno federal a atender su llamado. “La gente está muy encabronada”, exclama Muñoz. “¿Quieren que nos levantemos en armas?”, reclama.

Una comisión de huicholes de Nayarit acudió en días recientes a la Ciudad de México a entregarle sus exigencias al ejecutivo y al jefe de gobierno de la ciudad porque, señala Braulio, así es su costumbre cuando van a cada pueblo, se presentan con la autoridad del lugar. Además, denuncia, la policía del Distrito Federal hostiga y detiene a los artesanos wixárikas que venden sus mercancías.

“Estamos en paz, creemos en las leyes”, indica Muñoz, “por eso exigimos que lo resuelvan”. El representante señala que el gobernador no les ha hecho ningún caso, y que a un plantón que tienen desde hace seis meses ni siquiera se ha acercado.

“¿Cómo es que el gobierno apenas se da cuenta de que existimos y nos quiere reconocer, si llevamos siglos (de existencia)?”, pregunta el representante. “Les decimos que atiendan urgentemente” el llamado, indica Braulio, porque de lo contrario acudirán a instancias internacionales “y desconoceremos al gobierno”, finaliza.

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