lunes, 31 de enero de 2011

"También luchamos por la construcción de una nueva sociedad..."

Los gobiernos progresistas de América Latina, en disputa con los pueblos indígenas
Entrevista a Hugo Blanco
Los indígenas no sólo luchan en defensa de la naturaleza, sino también por la construcción de la nueva sociedad… Por supuesto, el mejor ejemplo de ello es la organización zapatista en Chiapas. Son organizaciones democráticas, donde la comunidad es la que manda, y no el individuo.
Matteo Dean
http://desinformemonos.org/2010/12/los-gobiernos-progresistas-de-america-latina-en-disputa-con-los-pueblos-indigenas/

Hugo Blanco, exguerrillero peruano, sindicalista campesino y actual director de la revista Lucha indígena, presenta la renovada edición de su libro Nosotros los indios (Edición Herramienta-La Minga, 2010, 239 páginas). Editado en Buenos Aires por Ediciones Herramienta, Nosotros los indios cuenta con un prólogo de Raúl Zibechi y Norma Giarracca, y los comentarios del escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien afirma que “estas páginas, escritas a borbotones, desordenadas, jubilosas y desesperadas, cuentan las aventuras y desventuras del hombre que encabezó la lucha campesina en el Perú, el organizador de los sindicatos rurales, el que impulsó una reforma agraria nacida desde abajo y desde abajo peleada”.

Galeano lo define también como “aquel loco lindo que decidió ser indio, aunque no era, y resultó ser el más indio de todos”, a lo que Blanco responde: “Me considero un indio como todos”. Y precisamente sobre la importancia del ser indígena inicia esta conversación telefónica concedida a Desinformémonos durante su paso por Buenos Aires: “El capitalismo que arremete contra la naturaleza en su búsqueda de materia prima, el calentamiento global que provoca, el asunto de las minas, la destrucción de los bosques, la construcción de las (plantas) hidroeléctricas, la agroindustria, el petróleo, todo eso afecta a quienes están más ligados a la tierra, es decir los indígenas, no sólo de América Latina sino del mundo. Los indígenas son los más atacados y son los que gozan menos de los beneficios del mundo desarrollado. Matar a la naturaleza es matar a los indígenas y por eso son los que más luchan en defensa de la naturaleza misma”.

- En su discurso, usted hace especial énfasis en los indígenas no sólo como víctimas del capitalismo salvaje…

- Efectivamente, porque hay otro asunto que pocos ven. Los indígenas no sólo luchan en defensa de la naturaleza, sino también por la construcción de la nueva sociedad. Donde hay indígenas hay la comunidad indígena, que es una nueva forma de gobierno que por muy debilitado que esté, por la hegemonía del gobierno central, en convivencia y en disputa con el poder central, es un poder político, que subsiste desde hace más de 500 años. En algunas partes inclusive existen ya organismos de gobiernos supracomunales, es decir, por encima de la comunidad, como por ejemplos en la selva peruana, en Colombia o en Panamá. Por supuesto, el mejor ejemplo de ello es la organización zapatista en Chiapas. Son organizaciones democráticas, donde la comunidad es la que manda, y no el individuo. Esa es la construcción de lo que quisiéramos en todo el mundo. Si fuera así, no habría calentamiento global, pues sería la gente, la colectividad, quien decidiría si una mina debe abrirse o una hidroeléctrica debe hacerse. Sería la humanidad en defensa propia a decidir el rumbo del mundo.

Esta postura pone a los pueblos indígenas en la vanguardia, al menos en América Latina, tanto en la defensa de la naturaleza como en la construcción de una sociedad nueva. Es decir, en los dos rubros fundamentale para salvar a la humanidad.

No le llaman socialismo, está claro. ¿Cómo va un mapuche a llamar socialismo a su práctica cuando estuvo luchando en contra del gobierno socialista de Michelle Bachelet (en Chile) que usaba las leyes de Pinochet para aplastarlos? O ¿cómo va a llamarse socialista un indígena ecuatoriano que está confrontando al Socialismo del siglo XXI de Rafael Correa (en Ecuador)? El nombre no importa, es lo de menos, lo que interesa es que (los indígenas) están forjando el nuevo tipo de sociedad que quisiéramos.

- ¿Cuáles son las características de esa nueva sociedad?

- Los indígenas de todo el mundo compartimos los mismos principios éticos, ya estemos en Canadá, en la India o en África tenemos unos denominadores comunes. El primero es el gran amor a la naturaleza, sentirnos hijos de ella y convivir con los otros hijos de la naturaleza. Luego pensamos que los asuntos que atañen a la colectividad son resueltos por la misma y no por el individuo. Otro aspecto fundamental es el llamado ‘buen vivir’, o sea que la felicidad no consiste en tener cada vez más dinero o comprar las cosas que están a la moda, sino poder vivir satisfactoriamente. Finalmente, hay que señalar el amor a los ascendientes y a los descendientes característico de la ética indígena.

- La cosmovisión indígena nos coloca en un ciclo mucho más amplio que la vida de un individuo…

- Sí, ese es un pensamiento común en los pueblos indígenas. Por eso, la agricultura que realizan los indígenas está pensada en no dañar la tierra. al contrario de la agricultura industrial que asesina la tierra con el monocultivo y el uso de fertilizantes. Este pensamiento es completamente contrario al gran mandamiento neoliberal que se centra en cómo ganar dinero en el menor tiempo posible. Si para ello tienen que destrozar a la humanidad, no les importa.

- Muchos confunden la atención y el interés por el mundo indígena y sus principios con una tendencia nostálgica, un anhelo de una sociedad rural que se contrapone a los excesos de nuestras sociedades negando las “conquistas” del llamado “progreso”.

- En efecto. No es casual que los pueblos considerados más ‘salvajes’ sean los más avanzados en la lucha de resistencia. En Perú, por ejemplo, no son los quechuas los más avanzados, sino los que viven más alejados de la llamada civilización, los más primitivos. Yo creo que tenemos que volver a esa ética que señalé, que no quiere decir regresar a la vida primitiva, sino a esos principios éticos. Y con ellos, mantener la subsistencia de la humanidad.

- ¿Y la sociedad actual?

- De todas las ventajas del llamado ‘progreso’ hay que ver cuáles podemos seguir disfrutando sin poner en peligro a la humanidad y su subsistencia y de cuáles tenemos que prescindir. Esa ética indígena es la que la humanidad tiene que respetar.

- Actualmente existen experiencias indígenas que rechazan el poder del Estado y otras que lo mantienen. ¿Es una contradicción?

- Cuando yo era joven luchábamos por una sociedad más justa. Hoy también luchamos por la supervivencia de la humanidad misma. Por eso, nosotros apoyamos de todo corazón a Evo Morales (en Bolivia), a Hugo Chávez (en Venezuela), a Rafael Correa (en Ecuador) en su confrontación con le imperio y en su lucha en contra la reacción interna. Pero no los apoyamos en su confrontación con los pueblos indígenas, por supuesto que estamos del lado de los indígenas. Por ejemplo, en Bolivia apoyamos a los indígenas que le exigen a Evo Morales que sea consecuente con el derecho a la consulta reconocido en el Convenio 169 de la OIT – que es ley en Bolivia – y también con la Declaración de los Derechos Indígenas de la ONU. A los gobiernos progresistas no los llamo así metiendo el adjetivo entre comillas. Son progresistas realmente frente al imperio y a la derecha reaccionaria, pero claro estamos en contra de ellos cuando la disputa es con los pueblos indígenas.

-Háblenos del libro Nosotros lo indios.

- La edición no tiene un orden específico. Es una recopilación de cosas escritas en estos años de lucha. Son escritos en diversas épocas, hay la correspondencia con José María Arguedas (escritor peruano), están las cartas que escribí desde la prisión cuando pedían la pena de muerte para mi, y hay últimas cosas que escribí en estos años-

El título de “indios” es para recuperar el nombre histórico con el que nos señalaron los conquistadores. Tomo el látigo con el que nos azotaron por mucho tiempo y contesto con ese mismo látigo, en lugar de usar un nombre que suavice o disimule la opresión como es ‘indígena’ o ‘pueblos originarios’.

- ¿Cuándo vendrá a México a presentar Nosotros los indios?

- Voy a presentar el libro a México cuando Usted me pague el pasaje por allá…

Septiembre de 2010

lunes, 24 de enero de 2011

En defensa de Wirikuta, habla el Pueblo Wixárika

Pronunciamiento en defensa de Wirikuta
Martes 28 de Septiembre de 2010
Escrito por Ajagi, Ac.
Fuente: http://www.conflictosmineros.net/contenidos/23-mexico/6034-pronunciamiento-en-defensa-de-wirikuta
Video: Miguel Domínguez (Taller Documental)

Que emite el Pueblo Wixárika de los tres Estados Jalisco, Nayarit y Durango representado por las comunidades de Waut+a - San Sebastián Teponahuaxtlán y su anexo Tutsipa – de los municipios de Mezquitic y Bolaños Jalisco; Tuapurie - Santa Catarina Cuexcomatitlán municipio de Mezquitic, Tatei Kie – San Andrés Cohamiata municipio de Mezquitic, Jalisco Jalisco; Uweni Muyewe – Bancos de San Hipólito municipio de Mezquital, Durango y la Unión Wixárika de los Estados de Jalisco, Nayarit y Durango.

RECORDANDO que el Pueblo Wixárika desde tiempos inmemoriales acude en peregrinación al lugar sagrado de Wirikuta, recreando una larga ruta que recorrieron nuestros antepasados durante la formación del mundo hasta el lugar donde nació el sol en el semi-desierto de Real de Catorce.

CONSIDERANDO que nuestro rezo en Wirikuta es para que la vida se mantenga para todos y todas los seres vivientes de este planeta, para que nuestra antigua cultura Wixárika se mantenga y no desaparezca, para que se renueven las claves del conocimiento y las velas de la vida que nos dan sentido a nuestra identidad Wixárika.

ANALIZANDO que el Tratado de Libre Comercio de America del Norte y las leyes reglamentarias que se han derivado para favorecer la operación de este neoliberal acuerdo entre México, Estados Unidos y Canadá, no han hecho mas que agudizar la guerra de exterminio contra nuestros pueblos indígenas, a través de ordenamientos jurídicos como la Ley de Minería que ha llevado a que nuestros lugares sagrados en el desierto de Real de Catorce hoy sean objeto de 22 concesiones otorgadas a la trasnacional minera First Mejestic Silver de origen canadiense, sumando 6,326 hectáreas concesionadas abarcando nuestros lugares sagrados.

OBSERVANDO que los manantiales sagrados donde recolectamos aguas benditas se encuentra dentro de las cuencas de las venas de plata a explotarse, corriendo un inminente riesgo de contaminación por cianuro y desecamiento por las grandes cantidades de agua que usaría la industria minera, pues el acuífero, de acuerdo a la Comisión Nacional del Agua, se encuentra de por sí en un grado de sobreexplotación y la capacidad de recuperarse es muy baja.

CONSIDERANDO que el daño afectaría de manera irreversible a 16 centros de población que se encuentran dentro de la superficie concesionada pertenecientes a 6 Ejidos de la zona, así como numerosas localidades del bajío que sufrirían los efectos negativos sobre las fuentes de agua (desecamiento y contaminación), tal es el caso de El Mastranto, San José de Milpitas, Estación Catorce, Santa Cruz de Carretas, Los Catorce, Las Relaciones, El Barranco, El Garabato, Vigas de Coronado, San Juan de Matanzas, entre otras, sumando aproximadamente 3500 personas que resultarían afectadas.

EVALUANDO que el proyecto minero de First Majestic Silver viola los derechos que tenemos como pueblo reconocidos en el convenio 169 de la OIT ; se viola lo establecido en el Programa de Manejo del Área Natural Protegida de Wirikuta, que abarca casi el 70% de la concesión minera y que el Pueblo Wixárika somos parte del consejo de Administración; se incumple lo establecido en la Ley General para la Prevención y Gestión integral de los Residuos Peligrosos; no se respetan las disposiciones de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente; y la Ley Ambiental del Estado de San Luis Potosí; La Ley de Consulta a Pueblos Indígenas del estado de San Luis Potosí; así como una importante cantidad de Normas Oficiales Mexicanas aplicables.

CONSENSANDO la posición generalizada del pueblo Wixárika através del análisis de esta problemática durante La Asamblea General Ordinaria de la Comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán y su anexo Tuxpan de los municipios de Mezquitic y Bolaños llevada acabo los días 3, 4 y 5 de Septiembre del presente año; La Asamblea Extraordinaria de Bancos de San Hipólito Mezquital, Durango llevada acabo los días 4 y 5 de Septiembre del año vigente; Las reuniones del consejo de ancianos de la comunidad de Santa Catarina Cuexcomatitlán llevadas acabo los días 5 de Septiembre en la localidad de Las Latas y 11 y 12 de Septiembre del año 2010, llevada acabo en la localidad de Pueblo Nuevo1; Reunión de la Unión Interestatal de Centros Ceremoniales llevado acabo en la comunidad de Uweni Muyewe los días 11 y 12 de Septiembre del presente año; En el Primer Foro de Diálogo sobre la Minería en Wirikuta con la red en defensa de Wirikuta Tamatsima wa’há llevado a cabo en Real de Catorce el día 18 de Septiembre del presente año; La Presente Reunión de Trabajo para el seguimiento al PACTO DE HAUXA MANAKÁ llevada acabo hoy en la cabecera municipal de Mezquitic, Jalisco.

DECLARAMOS LO SIGUIENTE.

1. Manifestamos nuestro profundo rechazo al proyecto minero de la trasnacional First Majestic Silver en el desierto de Real de Catorce, pues nuestros lugares sagrados son un patrimonio sin precio y de un valor incuantificable para nosotros, nuestros hijos nietos y toda la descendencia Wixárika.

2. Exigimos la cancelación inmediata de las 22 concesiones mineras en poder de la trasnacional y se fije una moratoria indefinida para que no se expidan nuevos permisos de explotación o exploración en el desierto de Real de Catorce ni en ningún lugar circunvecino a nuestros lugares sagrados.

3. Comunicamos nuestra fundada preocupación a los habitantes de Wirikuta sobre la contaminación y desecamiento del agua que beben, del incremento en las enfermedades respiratorias, gastrointestinales o incluso cáncer debido a los venenos usado en la minería y el efecto de sus residuos químicos, los invitamos a informarse y organizarse para que no tengan que aceptar esta imposición criminal que llevará a la destrucción de sus tierras de sus paisajes de lo que les dejaron sus abuelos y lo que les dejarán a sus hijos.

4. Exigimos al Estado Mexicano que de manera inmediata implemente estrategias efectivas que lleven a la mejora de vida de los habitantes de Wirikuta, que sean propuestas armónicas con el medio ambiente, y no propuestas tan destructivas como la de la mina en donde se pone a los campesinos humildes entre la espada y la pared ofreciéndoles un trabajo a cambio de la destrucción de su patrimonio.

5. Pedimos respetuosamente a las autoridades municipales del H. Ayuntamiento de Real de Catorce que no expida permisos municipales de construcción o de uso de suelo, pues como se dio cuenta la Secretaria General del H. Ayuntamiento que nos acompañó durante el foro de diálogo llevado acabo el 18 de Septiembre en Real de Catorce, la población Wixárika y un importante número de personas del municipio que no desean la mina.

6. Aclaramos que haremos uso de todos los recursos necesarios para detener este devastador proyecto minero, valiéndonos de recursos jurídicos nacionales e internacionales que están a nuestro favor así como acciones de resistencia civil y pacífica que sean necesarias.

A T E N T A M E N T E

“Por la Reivindicación Integral de Nuestras

Comunidades del Pueblo Wixárika”.

Dada en la Cabecera Municipal de Mezquitic, Jalisco

A 23 de Septiembre de 2010

miércoles, 19 de enero de 2011

Dominio del terreno campesino por mineras canadienses
Carlos A. Rodríguez Wallenius
Fuente: La Jornada del Campo

Desde 1980 los gobiernos federales han impulsado políticas neoliberales que afectan a la población indígena y campesina, en particular con las modificaciones al artículo 27 constitucional y a la Ley Agraria en 1992, que permitieron la venta de las tierras de propiedad social (de ejidos y comunidades), terminaron el reparto agrario y propiciaron el aumento de las extensiones en la propiedad privada.

Los cambios en materia agraria formaban parte de un amplio programa de privatización de bienes públicos y colectivos: una ofensiva que buscaba despojar de terrenos y recursos a los indígenas y campesinos. Eso se puede observar con los cambios a la Ley Minera en 1993, que abrió este sector a las empresas extranjeras en áreas antes reservadas al capital nacional, además de que dio preferencia a la explotación y el beneficio de los minerales sobre cualquier otro tipo de usos del suelo, y aumentó la duración de las concesiones por explotación a 50 años con posibilidad de prórroga.

Finalmente, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994, incluyó un amplio conjunto de medidas que facilitaron la entrada a nuestro país a inversiones y productos de Estados Unidos y Canadá.

Los cambios en el marco jurídico y medidas de política económica posibilitaron la ofensiva del capital en regiones que tienen yacimientos de minerales, sobre todo a inicios del siglo XXI, cuando empiezan a incrementarse los precios de las materias primas y en particular de los metales, por el aumento de la demanda mundial, específicamente por las necesidades de China y de la India.

La minería y la desposesión.

El modelo de explotación en el que se basan muchas empresas mineras se inscribe en lo que David Harvey llama “acumulación por desposesión”: un mecanismo de acumulación del capital que se basa en la privatización de los bienes públicos y comunitarios; un modelo de explotación de los recursos naturales que proporciona a las empresas excepcionales condiciones de rentabilidad, pero sin mejorar las condiciones de vida de sus habitantes; es decir, que responde a la necesidad de insertar plenamente en el mercado capitalista aquellos bienes y recursos que están en territorios bajo la soberanía de los campesinos.

Lo que ha reactivado la explotación de los minerales en el mundo se debe a un espectacular incremento en los precios de los metales, pero en especial de los metales preciosos, que se han encarecido notablemente desde el año 2000. Por ejemplo, en los diez años recientes el oro aumentó en 325 por ciento y la plata en 412. Ello se debe a varios factores como el crecimiento de la demanda (sobre todo de China e India). A partir del 2008, la crisis financiera global y la depresión de la economía de Estados Unidos hicieron que los inversionistas y especuladores financieros se refugiaran en estos metales.

Este auge trajo como práctica extractiva la técnica de tajo a cielo abierto, que se caracteriza por excavar y mover grandes cantidades de material térreo para trasladarlos a patios en los que se extrae el mineral. Esta técnica es barata y reduce los tiempos para obtener el metal, pero es altamente destructiva del medio y requiere del uso intensivo de recursos como el agua, para acelerar los procesos de extracción del mineral, usando patios de lixiviación, en los que se aplican químicos como el cianuro para extraerles el mineral de oro.

Este proceso implica la destrucción del hábitat pues modifica la morfología del terreno y altera las microcuencas; se elimina la flora y fauna, y se remueve la capa fértil, lo que impide el cultivo posterior de plantas y árboles. Los materiales de desecho alteran los cauces naturales de los escurrimientos de aguas. También existen problemas por la contaminación en los suelos y mantos freáticos.

Las mineras canadienses y las comunidades campesinas.

En las décadas recientes, las empresas mineras canadienses han cobrado una importancia cada vez mayor a escala mundial. En especial, en México han privilegiado sus inversiones y han hecho énfasis en el control de los metales preciosos (oro y plata). El 75 por ciento de sus inversiones mineras están en los proyectos de exploración y producción de estos dos metales.

Carlos Montemayor caracterizó la forma en que las empresas empezaban a controlar el territorio nacional: “las compañías mineras canadienses son la avanzada de la barbarie actual contra los pueblos inermes y ecosistemas de países con gobiernos corruptos o vulnerables como el de México”. No andaba errado ya que estamos hablando de que los recursos minerales de México están siendo despojados por las corporaciones globales más importantes del mundo. Entre ellas están Goldcorp, Kinross, Yamana Gold, Agnico Eagle Mines, solamente por mencionar aquellas que están enlistadas en la Revista Fortune dentro de los dos mil corporativos más importantes del mundo. Pero las empresas canadienses que operan en México son más amplias y representan el 77 por ciento de las corporaciones extranjeras registradas en el sector minero, es decir, son 198. Nombres como Excellon, New Gold, Fortuna Silver, Blackfire, Alamos Gold, Minefinders se adicionan a las empresas ya conocidas.

Los canadienses se han centrado en el ramo de los metales preciosos, lo que implica que de las 11 unidades mineras más importantes de oro, ocho sean de Canadá, y que 11 de las 14 minas de plata más productivas estén en sus manos. Para 2010-2012, de los 738 proyectos de exploración registrados en el país 553 pertenecen a compañías canadienses.

En un documento reciente, la Cámara Minera de México reivindica la prioridad que le otorgan las leyes a la actividad minera en un tema central para el desarrollo de sus empresas: el de la tenencia de la tierra. Su argumentación se basa en la Ley Minera, que establece que la explotación de los minerales serán preferentes sobre cualquier otro uso o aprovechamiento del terreno, pero que en los hechos las controversias suscitadas con los superficiarios (ejidos y comunidades agrarias) son frecuentes y en los años recientes han colocado a la industria en una muy difícil situación, deteniendo inversiones y el desarrollo de proyectos.

Por su parte, Kevan Cowan, directivo del Toronto Stock Exchange, comenta que las dificultades por la tenencia de la tierra y los derechos de propiedad, son “uno de los problemas más importantes que se enfrenta en México para la colocación de empresas y proyectos mineros”, y es que los requerimientos de minerales de las empresas canadienses está enfrentando cada vez más la resistencia de las comunidades y los pueblos campesinos, que protestan e impiden que las minas se establezcan en sus tierras. Esto tienen que ver con el reparto agrario logrado por comunidades indígenas y campesinas, con el que lograron tener un poco más de la mitad del país (105 millones de hectáreas) bajo propiedad social, en las que viven y trabajan cinco millones de ejidatarios y comuneros.

Donde quiera que exploren y ubiquen yacimientos de minerales, las empresas mineras se enfrentan al hecho que están debajo de terrenos que son propiedad ejidal o comunal. Esto plantea la base de muchos de los conflictos en los territorios rurales de México, pues en reiteradas ocasiones los campesinos prefieren mantener su forma de vida a tener que rentarle o cederle sus tierras a las empresas trasnacionales. Ello ha desatado una serie importante de conflictos esparcidos en todo el país. Como los casos de New Gold, en el Cerro de San Pedro, San Luis Potosí; de Goldcorp, en Mezcala, Guerrero; de Blackfire en Chicomuselo, Chiapas; de Fortuna Silver Mines, en Ocotlán, Oaxaca; de Carrizal Mining, en Zimapán, Hidalgo; de Vista Gold, en La Concordia-Paredones Amarillos, Baja California Sur; entre otros.

Disputas con las comunidades.

Las altas inversiones y la posibilidad de jugosas ganancias en estos proyectos mineros han reforzado la estrategia de las empresas por la apropiación de los territorios donde se ubican los yacimientos minerales, implementando una serie de mecanismos que aseguren las condiciones de estabilidad para sus capitales.

Esto se muestra en el caso de Goldcorp en Mezcala, en donde hay importantes reservas auríferas: Mediante diferentes arreglos apoyados por los gobiernos federal y estatal, la empresa minera fue controlando el territorio y sus recursos, a costa de una irreversible devastación ambiental y del paisaje, debido al gigantesco cráter excavado por sistema de tajo abierto, que destruye las posibilidades futuras de la producción campesina en por lo menos 25 por ciento de las tierras ejidales y comunales de la zona.

El mecanismo que utilizó Blackfire para poder extraer los vastos depósitos de barita en el ejido Grecia, del municipio de Chicomuselo, obligó a la empresa a establecer mecanismos de prebendas con las autoridades estatales, municipales y ejidales. Sólo la lucha social de los campesinos pudo detener este despojo, después del asesinato del líder comunitario Mariano Abarca.

Este es el escenario que, poco a poco, se va perfilando en regiones con recursos minerales: desde la destrucción de los territorios campesinos, por las actividades extractivas realizadas por empresas trasnacionales, hasta la resistencia popular que posibilita la continuidad de ejidos y comunidades.

domingo, 16 de enero de 2011

"La construcción de autonomía no puede depender de los ciclos del capital"

La autonomía ante los ciclos del capital

Raúl Zibechi

Viernes 14 de enero de 2011


Si durante los primeros años de la década pasada los movimientos antisistémicos ocuparon el centro del escenario político latinoamericano, ese lugar de privilegio le corresponde ahora a los estados, administrados por fuerzas de signo distinto a las que protagonizaron las reformas neoliberales. Por más que los gobiernos que emergieron del formidable ciclo de luchas que deslegitimó el Consenso de Washington sean afines a los movimientos, éstos no pueden delegar sus objetivos emancipatorios en los estados-nación, que necesariamente tienen una lógica diferente como acaba de manifestarse en la reciente crisis boliviana a raíz del gasolinazo decretado por el presidente Evo Morales.


La acción colectiva suele activarse en periodos de crisis económica y de crisis de la gobernabilidad, o sea cuando el mercado no puede garantizar la sobrevivencia de la población y cuando el Estado no tiene la legitimidad suficiente para mantener el orden. Dicho de otro modo, por las grietas que cada tanto las sordas resistencias del abajo consiguen abrir en el modelo de dominación, se activan grandes movimientos que a veces amenazan el orden hegemónico, y se tejen múltiples organizaciones. Una vez que pasa el pico de la crisis, la economía recupera su dinamismo y se forman nuevos gobiernos con mayores dosis de legitimidad, el activismo social decae, los movimientos se marchitan y abajo se instalan la desmoralización y la confusión.


A este proceso habitual se ha denominado ciclo de luchas. Uno de los problemas que conlleva el hecho de que la acción social se produzca de modo cíclico (flujo/reflujo) es que en los periodos de retroceso se pierde el potencial organizado y se disipa la conciencia adquirida, de modo que cuando se relanza la acción buena parte de la energía debe dedicarse a reconstruir la organización social y política. Uno de los mayores desafíos de los movimientos y los militantes antisistémicos consistió siempre en autonomizarse de los ciclos de luchas, o sea de los ciclos del capital.


En periodos anteriores, los revolucionarios intentaron superar estos vaivenes que destruyen buena parte de la fuerza social y política construida en el apogeo de la movilización a través de partidos políticos permanentes, que pretendían encarnar el aprendizaje de cada ciclo para trasladarlo al siguiente. La historia mostró que tienen tres problemas: uno, que lo aprendido durante un ciclo es de poca utilidad en el siguiente. Dos, que los aparatos partidarios se burocratizan y empiezan a tener intereses propios, con lo que se convierten en obstáculos una vez que se relanza la lucha. Tres, que sigue habiendo un hiato entre los cuadros organizados y la base social, que es arrastrada hacia la integración al sistema cada vez que la economía y la gobernabilidad recuperan fuerza para atraer productores, consumidores y gestores estatales.


Los actuales movimientos antisistémicos en América Latina, sobre todo los indígenas, los campesinos y crecientemente los urbanos, tienen características diferentes a las del viejo movimiento obrero. La principal es que han puesto en pie una economía otra, o sea iniciativas capaces de producir una parte de los valores de uso que necesitan las personas. Me refiero a las fábricas recuperadas, los talleres productivos de alimentos y de otros bienes, materiales y simbólicos, vinculados a la salud, la educación, la cultura, el ocio, y una infinidad de iniciativas colectivas de base. Esos espacios de producción y reproducción de la vida cotidiana han ganado centralidad en la vida de los oprimidos como nunca antes en la historia del capitalismo dependiente urbano. Esas miles de iniciativas, que nacieron en el último ciclo de luchas y que luego decayeron pero no han desparecido, están arraigadas en los territorios de la pobreza, en aquellos espacios que resisten el despojo.


A mi modo de ver encarnan una de las posibilidades de superar la destrucción de la fuerza organizada que en periodos anteriores le ha correspondido a la socialdemocracia y hoy al progresismo. Hay dos condiciones necesarias: la formación y la economía. La primera es ya un patrimonio común de la mayor parte de los movimientos de nuevo tipo, que tienen espacios permanentes de formación autónoma, no sólo de sus miembros sino de sectores más amplios. Sin formación/educación será imposible estabilizar una fuerza política con una relativamente amplia base social que no sea culturalmente ganada por el consumismo y la política del sistema.


La segunda premisa es la construcción de algo que podemos denominar una “economía en resistencia”, que es hoy una realidad embrionaria y compleja. Puede y debe asentarse en los espacios productivos ya existentes, pero debe ir más lejos para ganar a sectores más amplios que los que están directamente involucrados en la producción. Debe construirse de modo diferente a la economía capitalista, no para acumular sino para asegurar el flujo de valores de uso que deben estar a disposición de todos y todas. De algún modo, esta economía debería estar inspirada en la célebre frase “de cada cual según capacidad, a cada cual según su necesidad”. Es apenas un norte, una inspiración, a sabiendas de que estos espacios son codiciados por el Estado y el mercado y deben ser defendidos, elevando muros culturales más que políticos, simbólicos más que materiales.


La construcción de autonomía de los de abajo no puede depender de los ciclos del capital, porque sería tanto como negar su carácter autónomo. Hoy sabemos que la autonomía es la principal condición para que el periodo de crisis actual no se diluya en una nueva y monumental frustración, porque supone ir más allá de la actitud reactiva. Sabemos también que no puede hipotecarse en estructuras jerárquicas o “estadocéntricas” y que no es la organización lo que resuelve el desafío de la autonomía. Probablemente la combinación de autoeducación sistemática y producción no mercantil nos permita enfrentar la inevitable recuperación del capital en mejores condiciones.

domingo, 9 de enero de 2011

Explotación minera en Catorce: Genocidio, Ecocidio...

Salvemos Wirikuta

Fuente: Antecedentes Culturales

http://www.culturalsurvival.org/take-action/mexico/antecedentes

Nota: Esta entrada es tomada del la organización no gubernamental Cultural Survival. La campaña de firmas hacia los funcionarios de gobierno es parte de su iniciativa. Se reproduce con fines de información de las características del proyecto minero en Catorce.

Sobre el proyecto de reactivar la minería en

Real de Catorce

Yauxali y su familia se reúnen alrededor de Nuestro Abuelo Fuego mientras rezan para tener abundancia antes de que caiga la noche en Wirikuta. Foto de Juan Negrín.

La minería de plata no es nada nuevo en Real de Catorce, un pueblo colonial que se encuentra a un lado del Cerro Quemado Wixárika de Leunar; mirando sobre el Desierto de Chihuahua. Durante los siglos XVIII y XIX, 225 millones de onzas de plata fueron extraídas de esta región, fue una empresa desregulada que convirtió un bosque a un desierto y contaminó la escasa agua que había. Ahora, el director de First Majestic Silver, Keith Neumeyer, dice que espera cuadruplicar este saqueo utilizando métodos nuevos (lixiviación con cianuro) para extraer plata de residuos viejos y de unos 19 kilómetros de venas nuevas.

Si se permite continuar con este enorme proyecto, sus impactos serán igual de enormes. Aunque excaven los minerales con túneles o a través de excavaciones a cielo abierto, la mina producirá cantidades enormes de residuos que contaminarían al medio ambiente con ácido durante siglos y arruinarían el paisaje en una región cuyo ingreso primario viene del turismo. Tanto el polvo, ruido, erosión, construcción de nuevos caminos, contaminación del agua y el proceso de dinamitar afectan la flora, fauna y población humana de la región. La diversidad extraordinaria de aves en la zona—incluyendo 16 que están en peligro de extinción—podría caer drásticamente. De mayor importancia para los campesinos de la región es el impacto potencial que tendría la mina sobre los acuíferos de este semi-desierto. Minas de este tamaño usan la misma cantidad de agua en un día que lo que usa una familia campesina en 25 años. El proceso de lixiviación con cianuro siempre trae el riesgo de soltar cianuro y metales pesados al medio ambiente donde sus efectos pueden ser catastróficos.

First Majestic proclama ser una empresa “ecológica,” pero las regulaciones mineras de México son patentemente negligentes. Otra compañía minera canadiense en el mismo estado de San Luis Potosí ha seguido operando durante años a pesar de amparos jurídicos que ordenan el cierre inmediato de sus operaciones. Vertederos de cianuro ocurren demasiado seguido.

De esta manera es esencial detener la mina de First Majestic en Real de Catorce antes de que comience la explotación.

El setenta por ciento de las concesiones mineras de First Majestic quedan dentro de la Reserva Ecológica y Cultural de Wirikuta creada para proteger la ruta antigua y sagrada de la peregrinación wixárika, sus sitios sagrados en la región de Real de Catorce, y el ecosistema frágil que sostiene la mayor diversidad de cactáceos en el mundo. La vena más prometedora de First Majestic está a pocos metros del sitio más sagrado del pueblo wixárika.

Leyes estatales y federales además de acuerdos sobre derechos indígenas, preservación cultural y protección ambiental fueron citadas como la justificación para crear la Reserva de Wirikuta en 1994. De acuerdo al World Wildlife Fund, la Reserva de Wirikuta protege a uno de los tres ecosistemas desérticos más diversos del planeta. UNESCO identificó a Wirikuta como uno de solo 14 Sitios del Patrimonio Mundial por su valor cultural y ecológico.

Es hora de insistir en la protección verdadera de la Reserva de Wirikuta e ir más allá de simples palabras escritas en un papel. Por favor responda al llamado del pueblo Wixárika y envíe cartas a las autoridades mexicanas hoy.

Usted Puede Ayudar

Escriba una carta para esta campaña

Las autoridades agrarias y tradicionales del pueblo Wixárika de los estados mexicanos de Jalisco, Nayarit y Durango están pidiendo a ciudadanos de todo el mundo a que los apoyen a frenar el desarrollo de una mina por First Majestic Silver Corporation en Real de Catorce, estado de San Luis Potosí. La mina viola sus derechos y amenaza un ecosistema singular. Por favor envíe cartas corteses a las autoridades mexicanas.

Confíe en México por garantizar los derechos de los pueblos indígenas en sus leyes y constitución, por respaldar la Declaración de la ONU Sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, y específicamente por haber creado la Reserva Ecológica y Cultural de Wirikuta en el estado de San Luis Potosí.

Exprese su preocupación por los planes que tiene la compañía canadiense, First Majestic Silver Corporation, para desarrollar una enorme mina de plata en Real de Catorce, del cual el 70 por ciento de la concesión se encuentra dentro de la Reserva de Wirikuta. Minería de este tamaño profanaría los sitios más sagrados del pueblo wixárika, violaría sus derechos según normas mexicanas y acuerdos internacionales, y amenazaría un ecosistema semidesértico único en el mundo.

Impulse a que los funcionarios cancelen todas las 22 concesiones que tiene First Majestic en Real de Catorce. Y pregúntales qué harán para proteger de forma permanente los valores sagrados y naturales de la Reserva Ecológica y Cultural de Wirikuta.

Por favor envíe su carta a:

Felipe de Jesús Calderón Hinojosa

Presidente Constitucional de la República Mexicana
Residencia Oficial de los Pinos, Casa Miguel Alemán
Col. San Miguel Chapultepec C.P. 11850
México D.F. MEXICO
Fax: +52-55-5093-4901
Correo electrónico: felipe.calderon@presidencia.gob.mx

Envíe una copia de su carta a:

CC:

Lic. Bruno Ferrari García de Alba, Secretario Secretaría de Economía
Alfonso Reyes No. 30

Col. Hipódromo Condesa C.P. 06140,

Delegación Cuauhtémoc

México D.F. MEXICO

E-mail: bruno.ferrari@economia.gob.mx

Lic. Juan Rafael Elvira Quesada, Secretario

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales

Blvd. Adolfo Ruiz Cortinez 4209

Jardines en la Montaña CP 14210 Tlalpan

México D.F. MEXICO

Fax: +52-55-5628-0643

E-mail: c.secretario@semarnat.gob.mx

Sugerencias:

Un ejemplo de una carta está disponible en www.cs.org

¡Cartas particulares y enviadas por correo son más efectivas!

Para más información consulte:

http://www.cs.org/ (inglés)

http://www.wixarika.org/ (inglés y español)

http://www.salvemoswirikuta.blogspot.com/ (español)

¡Gracias por unirse a esta campaña! ¡Pamparius!


martes, 4 de enero de 2011

"El reto sigue siendo transformar la movilización en organización..."

El camino zapatista, un relato inconcluso

*La Otra Campaña nació con la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y recorrió el país entero, sus luchas, sus dolores y sus esperanzas

Hermann Bellinghausen y Gloria Muñoz Ramírez

www.desinformemonos.org

El próximo primero de enero se cumplen 17 años del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Muchos acontecimientos han ocurrido desde entonces y aunque México y el mundo no son los mismos, el siguiente texto, escrito en enero de 2008 pero aún inédito fuera de Estados Unidos, relata retazos de un periodo que inició con la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Este recuento, necesariamente inconcluso, contempla dos años y medio del camino de La Otra Campaña, de junio de 2005 a diciembre de 2007. Independientemente del curso de los acontecimientos y de los siguientes pasos, se trata de una experiencia inédita en la vida política de México y del mundo.

En el mes sexto del 2005 el EZLN dio a conocer la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. El llamado se dirigió a “los indígenas, obreros, campesinos, maestros, estudiantes, amas de casa, colonos, pequeños propietarios, pequeños comerciantes, microempresarios, jubilados, discapacitados, religiosos y religiosas, científicos, artistas, intelectuales, jóvenes, mujeres, ancianos, homosexuales y lesbianas, niños y niñas, para que, de manera individual o colectiva, participen directamente con los zapatistas en esta campaña nacional para la construcción de otra forma de hacer política, de un programa de lucha nacional y de izquierda, y por una nueva Constitución”, renovando la convicción del EZLN de no convertirse en partido político ni plantearse la lucha por el poder.

La Otra Campaña es la puesta en práctica de la Sexta Declaración. Se trata, en sus primeras etapas, de que delegaciones del Ejército Zapatista recorran toda la geografía nacional para encontrarse y relacionarse con las organizaciones políticas de izquierda, los campesinos sin tierra, las familias de las mujeres asesinadas, los maestros reprimidos, los pescadores abandonados, las trabajadoras sexuales explotadas, los trabajadores sin salario digno o sin trabajo, los jóvenes sin alternativas, las lesbianas, homosexuales y transgénero excluidos y un largo etcétera que incluye a todo el espectro del México profundo y, por vez primera, al México que resiste al otro lado del río Bravo.

La Otra Campaña nació en un importante y definitorio momento político en México, el de las campañas electorales rumbo a las elecciones presidenciales que se llevaron a cabo en julio del 2006, y de ahí toma su nombre, pues representa una manera distinta de relacionarse desde abajo para cambiar el sistema.

Es la ética la que rige las relaciones de La Otra con organizaciones políticas de izquierda, por lo que se plantea: “No a hacer acuerdos arriba para imponer abajo, sino hacer acuerdos para ir juntos a escuchar y a organizar la indignación; no a levantar movimientos que sean después negociados a espaldas de quienes los hacen, sino a tomar en cuenta siempre la opinión de quienes participan; no a buscar regalitos, posiciones, ventajas, puestos públicos, del Poder o de quien aspira a él, sino a ir más lejos de los calendarios electorales; no a tratar de resolver desde arriba los problemas de nuestra Nación, sino a construir desde abajo una alternativa a la destrucción neoliberal, una alternativa de izquierda para México”.

El Subcomandante Marcos, conocido en esta iniciativa como el Delegado Zero de la Comisión Sexta del EZLN, designado para dar los primero pasos de la travesía, partió de La Garrucha el primero de enero del 2006, sorpresivamente montado en una motocicleta y con un casco encima del pasamontañas (cargando en la parte trasera una gallina erguida conocida como “el pingüino zapatista”), en dirección a San Cristóbal de las Casas, donde se congregaron miles de bases de apoyo zapatistas para iniciar el caminar de la nueva propuesta del EZLN.

La Comandanta Kelly, en nombre de los zapatistas, “entregó” al Delegado Zero a la sociedad civil y así empezó el recorrido y la conformación de una caravana que pasó primero por distintas regiones de Chiapas. Habían pasado apenas seis días cuando, intempestivamente, la Comandanta Ramona, emblema de la rebeldía de las mujeres zapatistas, murió en la zona de Los Altos a causa de una insuficiencia renal. El recorrido fue suspendido y la comandancia en pleno acudió a los funerales. “Nunca más un México sin nosotros”, fue la herencia que dejó esta pequeñita mujer tzotzil creadora, junto a otras comandantas, de la ley revolucionaria de mujeres.

Luego de rendir homenaje a Ramona continuó el recorrido por los estados de la península maya de Yucatán, Quintana Roo y Campeche. De ahí a Tabasco, Veracruz y todo lo demás, hasta llegar al norte, Tijuana, Sonoyta y los tiraderos industriales sobre el Río Bravo en Nuevo Laredo. Marcos llegó a la tierra del cucapá, el yaqui, el tohono o’odham, el rarámuri. Se encontró en la línea fronteriza con migrantes y chicanos, y con estadounidenses adherentes de la Sexta, desafiando en diversos puntos de la frontera a las autoridades norteamericanas.

Desde el inicio, la Otra Campaña descubrió la existencia de OOo OooooOtra geografía, una muy diferente a aquella impuesta por las fronteras delineadas por los de arriba. En diversos puntos de la frontera de México con Estados Unidos, chicanos y mexicanos del “otro lado” escucharon y se escucharon a sí mismos y, quizás por vez primera en más de una década de lucha zapatista, se sintieron realmente comprometidos con una iniciativa política emanada del EZLN, ya no sólo como grupos solidarios con los pueblos indígenas, sino como parte importante de una construcción común que contempla a los mexicanos y chicanos sin muros ni papeles de por medio.

La Otra Campaña recorrió en 2006 el país lo más completo que se pudo. Atravesó todos los estados por sus capitales y por sus cerros, costas, lagos, ríos, presas y lagunas, bosques, barrancas, selvas y desiertos, pueblos chicos, pueblos grandes, orillas de camino, fronteras, minas, comarcas devastadas, bolsas de exilio interior, burdeles, casas particulares, universidades y barrios más pobres y agraviados.

Con escasas excepciones, la Comisión Sexta del EZLN se encontró con prácticamente todos los pueblos indígenas que viven en México. Los nahuas acogieron a la Otra Campaña en Guerrero, Jalisco, la Huasteca, el Distrito Federal, Puebla, Michoacán. Los zapotecos, mixtecos y triquis en Oaxaca y más allá: Baja California, Sinaloa, valle de Anáhuac, sur de Veracruz. En las “regiones de refugio” de los pueblos olvidados o negados: pames, pimas, teenek, huachichiles, caxcanes. En las tierras ancestrales del wirrárika, rarámuri, maya, mixe, purépecha, totonaca, com’cac, amuzgo, chontal, popoluca, tzeltal, tzotzil, chol, ñahñú, mazahua, tepehuano, yoreme del yaqui y del mayo. Y con los más últimos cucapá, kumiai, kiliwa, kikapú. Salieron a sus paso mazatecos, guarijíos, mames, chinantecos, huaves, tojolabales, zoques.

La Otra Campaña constató la misma tendencia a la desigualdad bruta no sólo en regiones rurales, sino también en ciudades, zonas industriales y regiones no indígenas. En algunos casos el despojo está ya casi consumado (Cancún, Los Cabos, Huixquilucan). Muchas ciudades capitales ya son tipo americano, o eso creen sus dueños. Dos o tres, como San Luis Potosí, Nuevo Laredo o Torreón, ya empezaron a morir por plomo lento, arsénico y otros venenos industriales.

Pero el recorrido también constató que las resistencias se multiplican por abajo. Y que los pueblos indígenas son los primeros valladares contra el programa de certificación de los ejidos, que no es otra cosa que el paso previo a la privatización de la tierra. Tienen “más clara la película”, y un apego sagrado al suelo que pisan. La migración los atraviesa como espada, pero ni así abandonan tan fácil la tierra. No es mercancía. No les pertenece, le pertenecen a ella. Como dice la parábola india, “no heredamos la tierra de nuestros antepasados, la tomamos prestada de nuestros hijos”. Y debe ser común para hacerla vivir entre todos.

La represión como respuesta a la movilización y organización se encontró también en el camino de La Otra. Indignantes y brutales ataques gubernamentales se dieron contra el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, en el poblado mexiquense de San Salvador Atenco, y contra el extraordinario movimiento popular de Oaxaca. Estas embestidas provocaron una serie de movilizaciones de solidaridad en México y en el mundo. Fueron duros momentos en los que La Otra Campaña comprobó su capacidad de organización nacional y su amplia convocatoria y legitimidad internacional (tan sólo por Atenco se realizaron 209 movilizaciones de solidaridad en 77 ciudades de 30 países del mundo.) Por su parte, las comunidades zapatistas expresaron su apoyo incondicional a Atenco y a Oaxaca no sólo con palabras, sino que por vez primera se movilizaron en decenas de miles para rechazar la represión a otros movimientos, en cumplimiento del principio de La Otra de “si nos pegan a uno, nos pegan a todos”.

La Zezta Internazional

La Sexta Declaración de la Selva Lacandona nació con una vertiente de lucha internacional que parte de un análisis de cómo los zapatistas perciben el mundo: “el capitalismo de la globalización neoliberal se basa en la explotación, el despojo, el desprecio y la represión a los que no se dejan. O sea igual que antes, pero ahora globalizado, mundial… Pero no es tan fácil para la globalización neoliberal, porque los explotados de cada país pues no se conforman y no dicen que ya ni modo, sino que se rebelan; y los que sobran y estorban pues se resisten y no se dejan ser eliminados”. Y se plantean que, “así como hay una globalización neoliberal, hay una globalización de la rebeldía”.

Explica la Sexta: “Y entonces resulta que el capitalismo de ahora no es igual que antes, que están los ricos contentos explotando a los trabajadores en sus países, sino que ahora está en un paso que se llama Globalización Neoliberal. Esta globalización quiere decir que ya no sólo en un país dominan a los trabajadores o en varios, sino que los capitalistas tratan de dominar todo en todo el mundo. Y entonces al mundo, o sea al planeta Tierra, también se le dice que es el “globo terráqueo” y por eso se dice “globalización” o sea todo el mundo…O sea que el neoliberalismo es como la teoría, el plan pues, de la globalización capitalista. Y el neoliberalismo tiene sus planes económicos, políticos, militares y culturales. En todos esos planes de lo que se trata es de dominar a todos, y el que no obedece pues lo reprimen o lo apartan para que no pasa sus ideas de rebelión a otros”.

Entonces, advierte el EZLN, “en la globalización neoliberal, los grandes capitalistas que viven en los países que son poderosos, como Estados Unidos, quieren que todo el mundo se hace como una gran empresa donde se producen mercancías y como un gran mercado. Un mercado mundial, un mercado para comprar y vender todo lo del mundo y para esconder toda la explotación de todo el mundo… Por eso los zapatistas decimos que la globalización neoliberal es una guerra de conquista de todo el mundo, una guerra mundial, una guerra que hace el capitalismo para dominar mundialmente. Y entonces esa conquista a veces es con ejércitos que invaden un país y a la fuerza lo conquistan. Pero a veces es con la economía, o sea que los grandes capitalistas meten su dinero en otro país o le prestan dinero, pero con la condición de que obedezca lo que ellos dicen. Y también se meten con sus ideas, o sea con la cultura capitalista que es la cultura de la mercancía, de la ganancia, del mercado”.

En el verano de 1997 se organizó el Primer Encuentro por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo en la comunidad zapatista de La Realidad. Casi una década después, la Zezta Internazional renueva el llamado mundial a resistir y a luchar contra la globalización. El reto sigue siendo transformar la movilización en organización. En Brasil lo hace todos los días el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, al igual que los indígenas de Bolivia y Ecuador, los trabajadores desocupados de Argentina, los indígenas de Paraguay y los mapuche en Chile, los chicanos, estadounidenses y migrantes en Estados Unidos, sin descontar, por supuesto, la resistencia del pueblo cubano y La Otra Campaña en México. En Europa se organiza la lucha contra la precarización del trabajo, por los derechos de los migrantes, la igualdad de género, la defensa del campo y el fortalecimiento de los espacios libres y autogestivos, entre otras resistencias. Conocerse, intercambiar experiencias, hermanarse y organizar estas luchas sin perder autonomía, son algunos planteamientos y retos de la Zezta Internazional.

La Zezta apela a la solidaridad entre los pueblos, ya no sólo del mundo hacia los zapatistas, sino de las comunidades rebeldes hacia el mundo: “…lo que queremos es decirle a todos los que resisten y luchan con sus modos y en sus países, que no están solos, que nosotros los zapatistas, aunque somos muy pequeños, los apoyamos y vamos a ver el modo de ayudarlos en sus luchas y de hablar con ustedes para aprender, porque de por sí lo que hemos aprendido es a aprender”.

Nace, en este contexto, una primera muestra de apoyo directo dirigido a Cuba, ese gran pueblo que resiste desde hace más de 40 años al imperialismo, y hacia allá envían en la primavera del 2006 un insólito cargamento de maíz y gasolina “de las comunidades indígenas zapatistas al digno pueblo de Cuba”. Con claras referencias a otras luchas latinoamericanas, la Zezta convoca también a la Europa social y aspira a conocer las luchas que se libran en África, Asia y Oceanía.

“Y queremos decirle al pueblo de Cuba, que ya lleva muchos años resistiendo en su camino, que no está solo y que no estamos de acuerdo con el bloqueo que les hacen y que vamos a ver el modo de mandarles algo, aunque sea maíz, para su resistencia. Y queremos decirle al pueblo norteamericano, que nosotros no revolvemos y sabemos que una cosa son los malos gobiernos que tienen y que pasan a perjudicar a todo el mundo, y otra muy diferente los norteamericanos que luchan en su país y se solidarizan con las luchas de otros pueblos. Y queremos decirle a los hermanos y hermanas Mapuche, en Chile, que vemos y aprendemos de sus luchas. Y a los venezolanos que bien que miramos cómo defienden su soberanía o sea el derecho de su Nación a decidir para dónde va. Y a los hermanos y hermanas indígenas del Ecuador y Bolivia les decimos que nos están dando una buena lección de historia a toda Latinoamérica porque ahora sí que le están poniendo un alto a la globalización neoliberal. Y a los piqueteros y a los jóvenes de Argentina les queremos decir eso, que los queremos. Y a los que en Uruguay se quieren un mejor país que los admiramos. Y a los que están sin tierra en Brasil que los respetamos. Y a todos los jóvenes de Latinoamérica que está bueno lo que están haciendo y que nos da una gran esperanza”.

La Zezta se plantea también la organización de otro encuentro “intergaláctico”, para el que se han llevado a cabo actividades preparatorias en muchas partes del mundo. Tan sólo de julio del 2005 a julio del 2006 se realizaron 19 reuniones en 16 ciudades de 9 países del mundo (Estado Español, Italia, Alemania, Canadá, Estados Unidos, El Salvador, Uruguay, Argentina y Brasil), y en todas se habló de las luchas locales y de las formas de vinculación internacional.

La convocatoria internacional zapatista obtuvo en el primer año de su lanzamiento (de diciembre del 2005 al 30 de diciembre del 2006), la adhesión de 3 mil 386 colectivos y personas pertenecientes a 74 países de los 5 continentes, de acuerdo a un informe dado a conocer por el Teniente Coronel Insurgente Moisés, de la Comisión Intergaláctica del EZLN.

En el balance se informa también que el país que hasta ese momento contaba con mayor número de adherentes a la Zezta era Argentina, seguido de Estados Unidos, donde la nueva iniciativa tuvo gran resonancia en el movimiento chicano, de trabajadores migrantes y de estadounidenses que luchan contra el imperio. En momentos en los que los derechos elementales de los trabajadores inmigrantes (en su mayoría mexicanos) decaen de manera alarmante, además de que se militariza la frontera y se criminaliza el trabajo de los migrantes, la Sexta Declaración se presentó como alternativa de lucha local en Estados Unidos y de reforzamiento de una identidad mexicana que a la gran mayoría de connacionales que viven “del otro lado” los hizo identificarse con la vertiente nacional de la iniciativa (La Otra Campaña), en lugar de con la Zezta Internacional (en muchos casos diversas organizaciones y colectivos luchan en los dos campos).

Los últimos días de diciembre de 2006 y los primeros de 2007, en el marco del 13 aniversario del levantamiento armado, las comunidades en resistencia organizaron el primer Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo en el caracol de Oventik. Allí, las juntas de buen gobierno y los consejos municipales autónomos de las cinco regiones zapatistas expusieron con gran riqueza sus experiencias de gobierno, producción y lucha. Fue una exposición en la que los zapatistas rindieron informes detallados de lo andado en 13 años de construcción de su autonomía. Hasta Oventik llegaron más de 2 mil personas procedentes de 43 países del mundo, ante quienes expusieron un trabajo organizativo autónomo sin precedentes en México y en buena parte del planeta. Se trata de una práctica muy concreta que, como ellos explicaron, no sigue manual ni teoría alguna, pues se construye en la cotidianidad de una vida en resistencia protagonizada por decenas de miles de hombres y mujeres tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles, zoques y mames.

En un evento inédito en trece años de lucha pública (y 23 desde su nacimiento), los representantes de las comunidades en resistencia expresaron en forma llana los significados de la autonomía: “…para nosotros es que el pueblo decide su forma de luchar u organizarse tanto política, económica y socialmente; es el pueblo que decide su forma de vivir basándose en su lengua y en su cultura”. Uno de los mayores retos que se plantearon durante el encuentro fue la lucha por la igualdad de las mujeres indígenas. “El machismo existe, no digamos que no, pero como mujeres queremos ser respetadas, por eso nos estamos organizando, mediante acuerdo con los esposos, hijos e hijas. Que todos tengamos derecho a participar dentro de nuestra organización, por ejemplo con los trabajos colectivos que ya estamos realizando. Que no sólo los hombres tengan esa libertad”.

Una nueva generación de zapatistas se presentó durante los cuatro días de jornadas de trabajo. Hombres y mujeres muy jóvenes, que nacieron poco antes o después del alzamiento de enero de1994, expusieron el enorme desafío que representa crear, prácticamente sin recursos, un sistema de gobierno autónomo. Las campañas de vacunación, los centros de salud comunitaria, los hospitales y las microclínicas, con todo y sus carencias, hoy son una realidad en las comunidades en rebeldía, como lo son las pequeñas escuelas y los centros de capacitación para promotores de educación, donde se practica la educación que relaciona las 13 demandas zapatistas con cuatro áreas de conocimiento: lengua, matemáticas, vida y medio ambiente e historia.

La defensa de la tierra reunió voces, preocupaciones y desafíos. “Nosotros los zapatistas no vamos a permitir que nos la vuelvan a quitar, la defenderemos para que nuestros hijos no tengan patrón ni sufran la humillación y desprecio”.

En los meses siguientes el trabajo internacional zapatista se intensificó con el anuncio, el 25 de marzo del 2007, de la Campaña mundial por la defensa de las tierras y los territorios indígenas, campesinos y autónomos en Chiapas, México y el mundo. El arranque de esta nueva iniciativa contó con el acompañamiento de João Pedro Stedile, dirigente del Movimiento de los Sin Tierra, de Brasil, y Rafael Alegría, de la Campaña por la Reforma Agraria de Vía Campesina, quienes enviaron mensajes videograbados al evento.

“Llamamos a esta campaña mundial de apoyo mutuo entre pueblos rurales y otros pueblos que apoyan nuestros derechos y nuestras luchas por el derecho a la vida y la dignidad, a juntar nuestras fuerzas con otras”, expuso el Subcomandante Marcos en un acto celebrado en San Cristóbal de las Casas, en ocasión del reinicio de la segunda fase de La Otra Campaña.

Una de las primeras acciones concretas de esta campaña mundial fue la elaboración de un documento en el que 202 organizaciones de 22 países y mil 104 personas de 40 naciones exigieron garantías para la posesión de la tierra en las comunidades autónomas de Chiapas, amenazadas con el inminente despojo de más de 5 mil hectáreas. La demanda fue respaldada por Vía Campesina y la Red Continental por la Desmilitarización de las Américas, además de organizaciones de trabajadores, campesinos e indígenas, de derechos humanos, centros de investigación, ambientalistas y grupos religiosos de Brasil, España, Italia, Francia, Palestina, Cuba, Paraguay, Argentina, Suiza, Estados Unidos, Bolivia, Canadá, Alemania, Costa Rica, Guatemala, Cataluña, País Vasco, Portugal, Tailandia, Suecia, India y Grecia

En concordancia con lo anunciado en la Sexta Declaración: “Haremos más relaciones de respeto y apoyos mutuos con personas y organizaciones que resisten y luchan contra el neoliberalismo y por la humanidad”, el EZLN expresó a mediados de junio su “admiración” por el Movimiento de los Sin Tierra (MST), en una carta enviada a la clausura del Quinto Congreso de la organización brasileña. El MST “tiene nuestra mano hermana, nuestro cariño y nuestro respeto, pero también tiene nuestra admiración”, afirmó el vocero y jefe militar zapatista, quien identificó la lucha del MST con la del general Emiliano Zapata y anunció nuevas luchas con motivo del centenario de la Revolución Mexicana: “Pronto serán 100 años que su grito sacudió los campos y ciudades de México. Así volverá a ser”.

De manera paralela, en cumplimiento del acuerdo hecho durante el paso de La Otra Campaña por el noroeste del país, la Comisión Sexta del EZLN, representantes del Congreso Nacional Indígena (CNI) de distintos estados y de algunas tribus y naciones indias de Estados Unidos, reunidos en Punta Peñasco, Sonora, en territorio del pueblo tohono o’odham (pápago), convocaron al Encuentro de Pueblos Indígenas de América, a realizarse en territorio yaqui de Vicam, en octubre del 2007.

“Las guerras de independencia y las numerosas revoluciones que a lo largo de la historia han tenido lugar en nuestro continente, no han modificado nuestra condición de pueblos colonizados ni han permitido el reconocimiento pleno de nuestros derechos en los estados nacionales que se formaron en los últimos dos siglos”, señala la convocatoria continental. El llamado es a encontrarse, pues “el fortalecimiento y la unidad de las luchas de liberación de los pueblos indígenas de América serán posibles en la medida en que nuestros pueblos se junten y se conozcan”.

Posteriormente, en julio, se realizaron dos debates públicos previos al inicio del segundo encuentro internacional, con delegados de diferentes organizaciones de Vía Campesina y del Congreso Nacional Indígena. El tema: Frente al despojo capitalista, la defensa de la tierra y el territorio.

“Para afectar al capitalismo, hay que tomar en nuestras manos los medios de producción, la tierra, que pase a la mano de quien la trabaja y que ellos, ellas, las trabajadoras y trabajadores, decidan como trabajarla y que la ganancia sea del pueblo trabajador. Esta es una de las características de nuestra organización del EZLN y una de las cosas más importantes de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, que es la guía nuestro paso en La Otra Campaña y en la Zezta Internacional: el anticapitalismo”, expuso en una de las mesas redondas el teniente coronel Moisés, de la Comisión Intergaláctica del EZLN.

El segundo Encuentro entre los pueblos zapatistas y los pueblos del mundo se llevó a cabo en julio del 2007, en las regiones zapatistas de Oventik, Morelia y La Realidad. Una vez más los pueblos zapatistas expusieron ante más de 2 mil personas del planeta la organización cotidiana de su autogobierno, la educación, la salud, el trabajo colectivo, el comercio y, de manera notable, hablaron de la participación de la mujer en la autonomía. Esta vez, además de autoridades de las juntas de buen gobierno y los consejos municipales autónomos, participaron las bases de apoyo zapatistas, promotores y promotoras de educación y de salud, comisariadas, comisariados y agentes municipales, miembros de cooperativas y coordinadoras de trabajos colectivos, así como comandantas y comandantes del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del EZLN.

Nacidos el 19 de diciembre de 1994, los 38 municipios autónomos rebeldes zapatistas (Marez) empezaron a crecer a diferentes ritmos, dependiendo de la región, la cultura, los recursos económicos y la organización interna. Actualmente son más de 40 municipios autónomos divididos en cinco grandes regiones, cada una con una sede (caracol) de autogobierno que es al mismo tiempo centro cultural y político. “Nunca pensamos que llegaríamos hasta aquí”, dice Manuel, anciano de origen tzeltal que recuerda cuando, antes de 1994 y aún en la clandestinidad, los zapatistas ya empezaban “a atender la salud en los pueblos”.

Aún con las armas en la mano, pero protagonizando únicamente iniciativas políticas civiles y pacíficas, el EZLN expuso retazos de una historia que no acaba de escribirse: “Nosotros quisimos dialogar, quisimos hacerlo todo, pero ya ven lo que pasó con los Acuerdos de San Andrés (firmados en febrero de 1996 y hasta la fecha incumplidos). Por eso no pedimos permiso y empezamos a construir. Vemos que lo más esencial es la organización del pueblo y no el dinero, porque el dinero si es en exceso corrompe, pero la organización no se corrompe. La idea que se hace para buscar la vida no se destruye en la cárcel ni se destruye en la muerte…”, señaló el Comandante Moisés.

Este encuentro tuvo el objetivo de que “personas, grupos, colectivos y organizaciones que luchan contra el neoliberalismo, en México y en todo el mundo, conozcan, directamente de la palabra de las bases de apoyo del EZLN, el proceso de construcción de la autonomía en las comunidades indígenas zapatistas de Chiapas”. El llamado encontró eco en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Croacia, Costa Rica, Dinamarca, El Salvador, Estado Español, Estados Unidos, Francia, Grecia, Guatemala, Holanda, Inglaterra, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Líbano, Luxemburgo, México, Nicaragua, Nueva Zelanda, Noruega, País Vasco, Panamá, Perú, Polonia, Portugal, República Checa, Suecia, Suiza, Turquía, Uruguay y Venezuela

Como invitados especiales acudieron representantes de las organizaciones que conforman Vía Campesina a nivel mundial: delegados y delegadas del Movimiento Sin Tierra de Brasil, de la Liga Campesina de Corea, de la Coalición Nacional de Agricultores Familiares de la Unión Americana, de la Federación de Sindicatos Campesinos de Indonesia, de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia, del Sindicato Campesino del País Vasco, de la Coordinación Latinoamericana de Organizaciones del Campo, de la Confederación Nacional de Mujeres del Campo de la República Dominicana, de Vía Campesina en Centroamérica, de la Unión Campesina Partiyakisan de la India, de la Red Campesina del Norte de Tailandia, de la Asamblea de los Pobres de Tailandia, de los Trabajadores Agrícolas de la Frontera de la Unión Americana, de la UNORCA de México y de la Union Paysan de Québec, Canadá.

En la clausura del encuentro, realizada en la comunidad tojolabal de La Realidad, se convocó a un tercer encuentro internacional a celebrarse en diciembre del 2007, entre mujeres zapatistas y mujeres del mundo, mismo que llevará el nombre de la Comandanta Ramona. La lucha de las mujeres indígenas rebeldes es, en sí misma, una lucha dentro de la lucha, y sus pequeños y grandes logros se han visto reflejados en toda la estructura del EZLN, en la que hay mujeres comandantas, insurgentes, autoridades autónomas, promotoras de salud, promotoras de educación y responsables de diversas cooperativas, entre otros cargos. “Pero falta mucho para llegar a donde queremos. Hay mucho machismo todavía en las comunidades y es difícil lograr la participación de las mujeres”, reconocieron mujeres tzotziles, tzelales, tojolabales, choles, zoques y mames en los encuentros internacionales celebrados en enero y julio del 2007. La mujer zapatista, sin embargo, no es la misma de 1994 y el cambio, aunque lento, es enorme e irreversible.

Como se repite de muchas maneras en México y el mundo, la Otra Campaña y la Zezta Internazional van. El Estado mexicano lleva todo todavía más a la derecha y a la represión para facilitarse los despojos y la destrucción de nuestra soberanía. Mas la Sexta mexicana y la Zezta Internazional están en los caminos del mundo, y los caminan contra viento y capitalismo. La experiencia rebelde y autónoma de los pueblos zapatistas de Chiapas ha encontrado hermanos y compañeros en los 32 estados del país y en los cinco continentes. Y como la ruta será larga y apenas comienza, se impone aquí la palabra de una esperanza:

continuará…

Texto originalmente escrito como epílogo de la edición para Estados Unidos del libro EZLN: El Fuego y la Palabra, de Gloria Muñoz Ramírez, publicado por City Lights. 2008.