Paraguay:
Un golpe largamente planeado
Pablo
Stefanoni
24-06-2012
Página
7

Justamente
a fines de 2009 -a un año de la asunción de Fernando Lugo- se comenzó a hablar
de un juicio político por parte del Congreso, en el que el Presidente casi no
tiene representación, en complicidad con el vicepresidente Federico Franco, del
Partido Liberal Radical Auténtico. En ese entonces escribimos un artículo -
Paraguay, ¿una nueva Honduras? (www.rebelion.org/noticia.php?id=94901)- en el
que dijimos: “Posiblemente, la derecha paraguaya haya aprendido de los gorilas
hondureños que no es bueno sacar a Lugo en pijama, de madrugada, y enviarlo a
algún país vecino en un ‘avión pirata’, pero eso no conduciría necesariamente a
dejar de lado sus ambiciones desestabilizadoras sino, simplemente, a ser más
cuidadosos”.
La
política luguista del “Mbytetépe poncho jurúicha” (ubicarse en el centro, como
la boca del poncho) no ahuyentó a los fantasmas que la burguesía paraguaya se
hace sobre un tránsito de Paraguay hacia el “comunismo” de Chávez, Evo y
Correa. En ese entonces, la razón en la que la derecha fundamentó el pedido de
juicio político era tragicómica: que Lugo había afirmado que los ricos se
oponen al proceso de cambio.
Lugo
dijo exactamente: “Los que genuinamente quieren cambiar el país son los que no
tienen cuentas bancarias, son los que no salen cada día en las páginas sociales
de la prensa... Los que quieren seguir mirando el pasado en sus privilegios' en
defensa de sus cajas de ahorros en bancos internacionales, ellos no quieren
cambiar”.
¿Discurso
inofensivo? Puede ser, pero no en Paraguay. Las reacciones fueron insólitas: el
ex candidato presidencial Pedro Fadul, del partido Patria Querida, tildó de
“criminal” el contenido del mensaje de Lugo debido a su carácter
“confrontacional”, que “daña el alma y el espíritu”. Curiosa, en cualquier
caso, la capacidad de indignación del “espíritu” de una élite que convivió sin
la menor indignación con las peores desigualdades del continente.
Por
su parte, el analista Carlos Redil comentaba: “Lugo hizo un discurso incendiario
incentivando la lucha de clases y la oposición no podía quedarse callada”.
Redil creía, “por ahora”, que no estaban dadas las condiciones para un juicio
político. “Por ahora'”.
En
ese entonces se conoció un mail del ganadero chileno Eduardo Avilés, residente
en Paraguay hace más de 30 años, en el que pedía una contribución entre su
pares empresariales para comprar armamento, formar escuadrones e identificar y
liquidar comunistas . “Ya es la hora de ponernos los pantalones largos. Hasta
cuándo tenemos que esperar para combatir a estos comunistas hijos de puta, que
están queriendo destruir nuestro querido Paraguay, como lo hicieron los
allendistas en Chile”, decía.
El
anticomunismo es moneda corriente en Paraguay. El dictador Stroessner dijo que
su país era “el más anticomunista del mundo” junto a Taiwán, uno de sus
principales aliados. Los negocios -políticos y monetarios- entre ambas naciones
están bien documentados en el apasionante libro El Paraguay de Stroessner, de
Rogelio García Lupo, que contiene un largo detalle del anecdotario sangriento
de las décadas de reinado del dictador.
Cualquier
reforma social, por mínima que sea, activa el anticomunismo latente de una de
las más rancias oligarquías de la región. Hacer un simple catastro de las propiedades
agrícolas -para no hablar de una reforma agraria- ya es una medida
revolucionaria en Paraguay, donde entre terratenientes nativos y brasiguayos
(hijos de brasileños nacidos en Paraguay) controlan sus haciendas a punta de
escopeta.
El
momento de hacer el golpe de Estado llegó tras la masacre de 17 campesinos y
policías el pasado 15 de junio. “La constante confrontación y lucha de clases
sociales, que como resultado final trajo la masacre entre compatriotas, es un
hecho inédito en los anales de la historia desde nuestra independencia hasta la
fecha, en tiempo de paz”, decía una parte de los cargos para el juicio político
exprés que busca, tras sacar al Presidente, restaurar el viejo orden apenas
erosionado por la gestión de Lugo.
1 comentario:
Muy buenooooo!
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